Iván Sotelo

¿Dónde jugarán los niños?

En la ciudad de Pasto cada vez se ha hecho más común el descuido de cada uno de los parques que se encuentran en los diferentes barrios, y es cierto que la administración pública ha intentado de gran forma cuidarlos pero también es cierto que aún falta una visión más clara de un mantenimiento adecuado de estos espacios, no solo basta con poner juegos infantiles si o como en un tiempo se colocó de moda colocar gimnasios al aire libre, es necesario visualizar el parque de acuerdo a las dinámicas que existen en los barrios así podemos evitar que se vuelvan focos de inseguridad, en la ciudad es normal encontrar muchos de estos gimnasios dañados o también que los parques se convirtieran en expendios de drogas o el consumo de licor.

Un gran ejemplo es lo que le sucede al parque Rumipamba, los grandes afectados han sido los residentes de la zona y el colegio Nuestra Señora del Carmen, es molesto para los niños que cada lunes regresen a su colegio y lo primero que tengan que encontrar son grandes cantidades de botellas y muy fuertes olores por la carencia de cultura ciudadana de los jóvenes.

Es sorprendente que los jóvenes no comprendan que esos espacios son suyos pero que deben cuidarlos no solo para ellos sino para toda la comunidad pastusa, los parques en la ciudad se están convirtiendo en esas zonas de peligro en donde se encuentran expendedores, consumidores y ladrones a la espera de que algún incauto pase para ser su víctima. Falta propiedad de los espacios, falta cultura ciudadana, falta entender que todo esto es nuestro y que debemos cuidarlo, se ha hecho cada vez más claro los esfuerzos por recuperar el espacio del parque Rumipamba cada noche se volvió común mirar la policía, también a la administración muy pendiente de que no se repita de nuevo el ser un punto clave de consumo de licor, pero y ¿los demás parques? También necesitan atención se volvió común mirar los resbaladeros quebrados, los columpios dañados o los parques totalmente abandonados, entonces ahora dónde jugarán los niños, si cada parque tiene sus juegos dañados, si cada parque su zona verde se volvió un lodazal.

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 Creo que esos puntos son muy claves ya que cada uno de nosotros en nuestra infancia crecimos raspándonos las rodillas en alguno de sus juegos y ahora es preferible que nuestros hijos se queden en la casa a que visiten un parque y encuentren alguna persona consumiendo drogas o incluso algún otro peligro.

Por: Iván Felipe Sotelo.