Jaime Goyes Andrade

La planta de emprendedores

“No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se detiene impaciente frente a la semilla sembrada, y grita con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita sea!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:

Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡más de 30 metros!

¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo”.

Esta historia la leí en el portal ‘psiqueviva’, sitio donde con cuentos hacen reflexionar a las personas y precisamente este relato del bambú japonés nos enseña que para llegar a ser grandes, para lograr una mayor estabilidad en nuestra vida, primero debemos construir unas raíces, primero debemos comenzar a forjar una base para luego lograr todas nuestras metas y sueños.

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No por algo el bambú es considerado en el Japón como la planta de los emprendedores, ya que se requiere de paciencia y mucho trabajo lograr llegar alto.

Muchos ‘tiran’ la toalla al no concretar sus metas en corto tiempo y desfallecen en la labor, creen que ya no lo lograrán. En cambio, otros siguen adelante sin rendirse y al cabo de unos años lograr conseguir todo lo que se propongan.

Por: Jaime Goyes Andrade