Aspirando a llegar a la Presidencia de Colombia, desde el 7 de agosto de 2018, cuando Iván Duque se posesionó como presidente de los colombianos, se inició un nuevo proceso democrático para sucederlo. Ese día Gustavo Petro dijo que no descansaría y que su voz sería escuchada en las calles y en la protesta social. Hecho que cumplió a cabalidad.
Por la Presidencia de la República compitieron no menos de 60 candidatos, de los cuales, en el proceso de consultas internas, solo quedaron 6 que ayer se hicieron contar en las urnas.
Según estudios realizados por empresas de reconocido prestigio, todo indica que nos volveremos a encontrar en segunda vuelta el próximo 19 de junio. Debo advertir que digo lo anterior, por cuanto esta columna se escribió a las 6 am del día de ayer, cuando aún no se iniciaban las votaciones.
La campaña fue larga, extenuante y terminó polarizada. El país tuvo que decidir entre el cambio soñado, entre la opción de la izquierda democrática, o el continuismo liderado por la derecha colombiana.
La izquierda liderada por Petro propone democratizar la economía, un mejor futuro económico y social, mejorar las relaciones y el comercio internacional. Además, una mejor relación del hombre con la naturaleza, como condición para preservar la especie humana.
La derecha liderada por Federico Gutiérrez plantea que como vamos, vamos bien, aclarando que lo que este mal hay que mejorarlo sin hacer cambios profundos en la distribución de las riquezas y el bienestar social.
De ganar Petro, este será el primer gobierno de izquierda en más de 200 años de vida republicana. De ganar Federico Gutiérrez, será continuar con el mismo modelo económico y social de quienes han gobernado este país que nos tienen sumidos en el atraso y en la pobreza.
En el transcurso de este día tendremos claro qué fue lo que sucedió ayer. Dios quiera que hayamos elegido bien, que no nos hayamos equivocado, para que el presente y futuro de nuestros nietos sea mejor que el que heredamos de las anteriores generaciones.
POR: VICTOR RIVAS MARTINEZ.