Carlos Santa María.

¿Qué país recibirá el nuevo presidente?

El mandatario que sea elegido para dirigir los destinos de Colombia se enfrentará a una crisis de alto espectro y éstos son algunos puntos que deberá resolver urgentemente.

 

  • Un país con una violencia intensiva cuya muerte en recientes días de una defensora de derechos humanos de 27 años por parte de grupos “residuales” es la muestra de las últimas masacres, estableciendo que la vida deberá ser una gran potencia defendida con la máxima dignidad.
  • El sistema judicial se encuentra bajo graves presiones de todo orden y deberá realizarse una reforma que logre proponer niveles de confianza en la población, especialmente cuando la impunidad ronda al 95%, es decir, no existe una justicia real para las acciones criminales. Especial atención merece el sistema electoral absolutamente cuestionado.

 

«¡Que el nuevo presidente tenga al pueblo colombiano como el sujeto del desarrollo pleno en su calidad y calidez de vida!».

 

  • La corrupción es de tal magnitud que más de 50 billones de pesos, correspondientes a la quinta parte del presupuesto nacional, van a parar a manos de sicarios económicos. Aún más, la falta de soberanía lleva a no poseer ni siquiera un Banco del Estado de Colombia. Si se agrega la privatización de fundamentales empresas exitosas de la nación como Incora, Telecom, Caja Agraria. Banco Central Hipotecario, entre muchas otras, estamos en una política intencionada de agravio al pueblo.
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  • Economía en un desastre total con inflación superior al 20%, con precios de los alimentos que superan incluso el triple. Por tanto, deberá realizar una revolución económica que entregue al Estado la capacidad de avanzar en la producción, crear  empleo real y apoyar totalmente al campesinado. Prácticamente la mitad de la población colombiana está desempleada y sobrevive a través de su propio trabajo autónomo donde el gobierno no posee una estrategia laboral certera.
  • Unido a una salud privatizada, con un sector importante de pensiones y educación que pertenecen a clanes nacionales e intereses extranjeros formados por élites de poder, el cambio es imprescindible.

 

¡Que el nuevo presidente tenga al pueblo colombiano como el sujeto del desarrollo pleno en su calidad y calidez de vida!

Por: Carlos Santa María