El vicario zonal de la Diócesis de Tumaco, padre Miguel Eduardo Molina Viveros, en diálogo con DIARIO DEL SUR señaló que la situación económica y de orden público que se vive en los municipios de Olaya Herrera, Mosquera, La Tola y El Charco es preocupante. Además envió un mensaje para que la población de Nariño se solidarice con estas comunidades.
Según lo expresado por el vicario, en estas zonas “la situación de orden público sigue tensa, hay una notable presencia de grupos armados, hay desapariciones forzadas, hay desplazamiento, homicidios selectivos. La situación no ha mejorado ni un poquito”.
Lo más preocupante es que las zonas rurales de estos municipios están quedando vacías, pues sus moradores se están trasladando a los cascos urbanos de los municipios vecinos para no quedar en medio de las confrontaciones.
“La situación económica también se ha visto bastante afectada, nos encontramos frente a monopolios de comercio que no le permiten al pequeño comerciante vender sus productos, y eso encarece la vida y empobrece al pequeño comerciante. Tuvimos la oportunidad de recorrer el río Sanquianga y cerca de 12 veredas están en situación de hambruna, de incomodidad. Las comunidades prácticamente están abandonadas”, agregó.
Llamado a la solidaridad
“El mensaje es a todas las instituciones, a todos los que podamos tener un corazón humanitario, un corazón abierto para ayudar a estas comunidades, para ser solidarios con ellos, para nos segmentarlos ni polarizarnos, sino buscar la forma de ayudarlos, de asistirlos espiritual y económicamente porque el tema es de hambruna. Alrededor de 25 familias por vereda integradas por 6 u 8, completan cerca de 300 personas que en un 80% no tienen las condiciones mínimas de vida”.
Otra de las problemáticas denunciadas por el párroco es el reclutamiento de jóvenes al que también hay que hacerle frente. Si bien hay presencia de la fuerza pública y de la institucionalidad, esta no está funcionando.

