Guillermo Alfredo Narváez Ramírez

Historia del alcalde socialista en Pasto

Esta columna pretende singularidad y se escribe siguiendo ese propósito, porque se refiere a un tema que, al no creerse posible por su contexto, es además poco conocido y estoy seguro, es absolutamente desconocido por nuestras juventudes sureñas y por una inmensa masa de seres del norte de la nación. Desconocen el escenario tema de una posible comuna y un alcalde de tipo socialista, alrededor de 1870, o sea contemporánea a la Comuna de París. En ese contexto los párrafos siguientes tienen como personajes importantes la comuna y el alcalde socialista de años setenta del siglo XIX en Pasto.    

La década del setenta en el siglo XIX se inició en una relativa paz en la comarca nariñense, en un proceso de recuperación económica destacable. Cuando la presidencia de la nación era ejercida Don Manuel Murillo Toro, a su sombra y bajo su influencia, en el sur crecieron y   se fortalecieron varios núcleos de liberales radicales que lograron restarle alguna influencia al hegemónico conservatismo.  En este escenario aumentó aún más la ola de inconformismo frente a la autoridad de Popayán. Comenzó, entonces, lentamente, la gestación de un movimiento que buscaba unir las provincias sur caucanas, lo que ahora es Nariño, dentro de una nueva unidad administrativa, en la formación del décimo departamento.

 

«Pero es ahora el final de una relación histórica diferente, única, que inició una continua lucha en lo educativo, lo ideológico y lo político. En su medio crecen las ideas de autonomismo gubernamental municipal, la recuperación del derecho la palabra y la libertad”.

 

En el ámbito ideológico en general se seguía los postulados conservadores y de la iglesia católica. Sin embargo, ya se presentaban núcleos de apoyo a las ideas liberales radicales y algunas otras de avanzada, sobre todo en los campos artesanales y de una pequeña clase media. Pero, a la vez, allí se notaba la influencia a favor y en contra de las nuevas ideas de los sectores eclesiales, ante todo del obispo Manuel Canuto Restrepo. Lo destacable se constituye en el surgimiento y la dialéctica entre las ideas que se entrecruzan entre los actores descritos, sobre una nueva forma de gobierno que la marcan las rebeliones y la Comuna de París, de cuya existencia estos tienen noticia. La idea de una comuna en Pasto y otra forma de gobierno se plantea a favor y en contra entre el obispo y los sectores artesanales, los de clase media y otros grupillos. Y en el barrio la Culebra de la ciudad en medio de artesanos y desterrados de tantas guerras que habitan en el mismo, se hacen fuertes las nuevas ideas, matizadas por las de carácter social cristiano. Notables son en ese derrotero los hermanos Guerrero y Legarda.

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En 1872 desde los carnavales de enero, en medio de sus representaciones de disfraces, comparsas y balbucientes semi carroza se exhiben las ideas de la Comuna de París surgida entre las alusiones críticas al gobierno de la época. Allí nace fuerte la gestación de una comuna en Pasto, que empieza luego a ser real entre los sectores de avanzada mencionados y también en las intervenciones del obispo Restrepo. Los sucesos se revuelven y refuerzan con las polémicas al interior del clero y sus fieles, moviendo el interior de la Comuna. 

Un suceso notable se sucede. En marzo de 1877 se produce el nombramiento de José María Guerrero, integrante de la comuna y de ideas socialistas, en Pasto, con mayoría en el Concejo.

Es la primera real elección popular, con alianza de liberales revolucionarios y socialistas utópicos. Se juntan contra el anticlericalismo, y son apoyados por César Conto, que preside en el Cauca, quien tiene una propuesta socialista de corte anarquista. A la vez el obispo Canuto excomulga al alcalde Guerrero, y su hermano, que son denominados “guaguas negros”, y el alcalde excomulga al obispo Restrepo.

Pero es ahora el final de una relación histórica diferente, única, que inició una continua lucha en lo educativo, lo ideológico y lo político. En su medio crecen las ideas de autonomismo gubernamental municipal, la recuperación del derecho la palabra y la libertad, pero los sueños de la Comuna y el alcalde socialista terminarán luego de esta breve etapa.

Por: Guillermo Narváez.