Ecuador estará en el Mundial y se lo ha ganado, a la derrota 3-1 que encajó en Paraguay, ya llevaba los deberes hechos y los resultados de otros partidos fueron suficientes para, incluso perdiendo, convertirse en equipo mundialista por méritos propios.
Los ecuatorianos firmaron una primera parte para olvidar que cerraron con un gol en propia meta que rozó el ridículo. Antes ya habían permitido que un jugador lesionado, Robert Morales, marcara el gol que avanzaba a los paraguayos en el marcador justo antes de lanzarse al suelo y pedir el cambio. Primero el gol del cojo y luego un chiste con un central marcando en propia puerta casi desde el centro del campo.
Ecuador necesitaba solo un punto para clasificarse de forma directa para el Mundial y no daba la sensación de estar en disposición de arrancarlo en su partido. El equipo jugó poco al ataque y defendió mal y eso le llevó al vestuario con dos goles en la saca y una sensación horrible de juego.
El paso por el vestuario sirvió de poco. Ecuador siguió con su fiesta personal de los errores y Paraguay se dio un festín. Otro fallo radical de Estupiñán, intentando controlar con el pecho un balón dentro del área, lo aprovechó Miguel Almirón para hacer el tercero.
Era una paliza en toda regla. A Ecuador le picó el orgullo y sabiéndose mundialista intentó maquillar el resultado para que la cosa no fuera extrema. Logró un gol de penalti y poco más.

