Como sabemos, la adolescencia es una etapa considerada como un momento lleno de desafíos y búsqueda de la identidad, pero no solamente para los jóvenes, pues los padres, las madres y los cuidadores también deben saber como actuar frente a este período, por lo tanto, también son descubridores de infinidad de cosas que se requieren en cuanto al comportamiento de sus hijos e hijas. Esto debido a que su acompañamiento durante la infancia y la adolescencia es de vital importancia para forjarlos de manera adecuada mediante su desarrollo; la diferencia es que entre las fases dichas anteriormente hay una brecha enorme, puesto que según expertos, en la niñez los infantes acatan con mejor precisión los consejos u ordenes de la persona que ejerce el rol de tutor o tutora, debido al apego emocional que no han dejado, al contrario de la adolescencia donde cada ser cree ser autónomo de su vida, algunos de ellos puede que no se arriesguen en tomar decisiones fuera de la norma establecida; sin embargo, muchos otros sí. Pero es ahí donde se debe prestar mayor atención, ya que esta situación se debe en la mayoría de los casos a la forma de crianza y a la ausencia de alguna necesidad del menor de edad.
Entre dichas necesidades, muchas de las veces se establece la carencia de afecto entre unos y otros, lo cual afecta en gran manera a la persona que está “abriendo sus alas” para enfrentarse a un mundo diferente al de la inocencia. Situación que es más común de lo que se cree, pues en muchas ocasiones, padres de familia se ocupan tanto de sus responsabilidades como el trabajo, el estudio, las diligencias y más, que olvidan que sus hijos necesitan un cuidado primordial puesto que se encuentran formando a seres humanos que tendrán un rol en la sociedad.
De igual manera, se conoce a la adolescencia como un periodo de desarrollo biológico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad con el fin de llegar a la edad adulta, su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, generalmente se enmarca su inicio entre los 12 y 13 años y finaliza a los 18 años de edad. Una etapa en la cual el adolescente junto a sus seres queridos adolece, pero no siempre debe ser así, ya que con diversas maneras de brindar apoyo como pasar tiempo de calidad, además de brindarle confianza mediante una comunicación asertiva al o a la joven, se puede finalizar esta etapa con completa tranquilidad.
Por: Tatiana Santacruz

