Si bien es cierto las elecciones legislativas que se acaban de cumplir en nuestro país transcurrieron de manera normal, -salvo dos o tres incidentes- uno de ellos de gravedad al perder la vida dos integrantes de la fuerza pública, ahora de cara a los comicios presidenciales que se llevarán a cabo el 29 de mayo, nos preocupan algunos inquietantes episodios que se presentaron en desarrollo de ese proceso electoral, de los cuales nuestro departamento de Nariño no estuvo exento.
De manera concreta nos referimos a los reportes que acaban de entregar los integrantes de las misiones de observación electoral, varias de ellas extranjeras y nuestra conocida Misión de Observación Electoral MOE, quienes tuvieron la responsabilidad de vigilar el desarrollo de los comicios en diferentes regiones de Colombia, entre ellas Nariño, donde su presencia fue notoria en la costa pacífica.
Lo cierto es que en las informaciones que estos organismos están dando a conocer hay manifestaciones directas por parte de estos funcionarios que, en varios departamentos del país, incluido Nariño, se presentaron toda clase de delitos electorales, con énfasis en la compra de votos.
«Esperamos que esos alarmantes informes entregados por las misiones de observación electoral, tanto nacionales como extranjeras, se constituyan en el punto de partida para empezar a tomar medidas para blindar de esos delitos, como la compra de votos a las elecciones presidenciales».
Es el caso del balance hecho por la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea UE, donde se dice con claridad que en desarrollo de su trabajo se encontraron numerosos indicios de la compra de votos, en algunos casos de manera tan directa, que el dinero se entregaba a pocos metros de los puestos de votación. En ese sentido nos preocupa sobremanera que esos indicios se vieron en varios departamentos y en zonas especialmente vulnerables de Colombia, como es el caso de la costa pacífica de Nariño.
Igual de preocupante es la información que presenta nuestra conocida Misión de Observación Electoral, MOE, en la que especifica que en el marco de los comicios donde los colombianos elegimos a los próximos integrantes al Senado, la Cámara de Representantes, los integrantes de las curules especiales de la paz y también se llevaron a cabo las consultas de las coaliciones de las que salieron los candidatos únicos a la Presidencia de la República, se produjeron 1.088 delitos electorales.
En ese sentido, la MOE al igual que la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, también se refiere a la compra de votos como el delito más prevalente, siendo, además, el informe más detallado puesto que señala que los votos se compraban entre 40 mil y 100 mil pesos.
Quisimos hacer ese recuento para decir que es de esperar que las autoridades hayan tomado atenta nota de esa grave anomalía para adoptar los correctivos que sean del caso, ahora cuando en el calendario electoral aparecen los comicios para elegir al próximo Presidente de la República, cuya fecha es la del 29 de mayo.
Esperamos que esos alarmantes informes entregados por las misiones de observación electoral, tanto nacionales como extranjeras, se constituyan en el punto de partida para empezar a tomar medidas para blindar de esos delitos, como la compra de votos a las elecciones presidenciales.
Dado que en cuestión de horas se hará en Pasto una reunión del Comité de Seguimiento Electoral para evaluar cómo se registraron los comicios legislativos en el departamento de Nariño y, además iniciar el proceso de organización de las elecciones presidenciales, confiamos en que las autoridades tomarán muy en cuenta los reportes entregados, para evitar que se repitan estos aberrantes sucesos que van en detrimento de la transparencia que siempre debe honrar a nuestra democracia.
Sabemos de la enorme transcendencia que tienen estos comicios presidenciales, en los que ya es evidente una intensa contienda entre la izquierda y la derecha, en busca de la Presidencia de la República. Por lo tanto, episodios como los que dieron a conocer las misiones de observación electoral deben quedar en el pasado, para que las elecciones de mayo marquen de nuevo un hito en la historia de los procesos electorales en nuestro país.

