Edgar Enríquez

Cultura vial

Si los accidentes de tránsito fueran imprevistos, o sea por fallas mecánicas, mal estado de las vías o mala señalización, serían pocos los que se registraran, pero detrás de cada accidente el 90 por ciento es provocado por las personas.

Uno de los actores viales más vulnerables es el peatón, sin embargo, asume riesgos innecesarios por imprudencia y afán. Los conductores de motocicletas, a pesar de las campañas que se realizan por parte de las autoridades de tránsito, no toman conciencia de la responsabilidad que ellos tienen en la vía y aún siguen realizando acciones peligrosas para ellos mismos, conductores de otros vehículos y quienes se desplazan a pie.

En Colombia cada año se registran más de 46 mil accidentes de tránsito, en donde los más afectados son los conductores de motocicletas y los peatones.

Cada año fallecen en accidentes cientos de personas y miles resultan lesionadas por conductores que solo tenían un año de haber obtenido su pase.

Ante esta situación el Gobierno Nacional tomó la determinación de aumentar los requisitos para obtener la licencia de conducción a quienes por primera vez la soliciten y demuestren que no son un peligro para ellos mismos ni para los demás actores del tránsito.

Sin embargo, de nada sirven tantas medidas si, en primer lugar, tanto los peatones como los conductores no respetamos las señales de tránsito, se suben con las motos y las bicicletas a los andenes para evitar los trancones, manejamos sin luces, borrachos, con exceso de velocidad, entre otras.

En segundo lugar, si las autoridades no hacen cumplir como debe ser todas esas medidas que se tomen para garantizar la seguridad vial en la ciudad.

Es común ver todos los días, sobre todo en las mañanas, conductores de motos que en su afán de ir a dejar a sus hijos o familiares al colegio o al trabajo se desplazan por los andenes a gran velocidad para evitar los trancones que a esas horas suelen formarse.

Entre las tantas medidas que se han implementado para reducir el índice de accidentalidad en nuestro país están las onerosas multas y sanciones a las personas que conducen en estado de embriaguez; no obstante, esta infracción se sigue cometiendo y cobrando víctimas mortales.

La responsabilidad debe ser de todos, del gobierno, de los padres de familia, instituciones educativas, academias de conducción y de la persona que maneja un vehículo.

Por: Edgar Enríquez.