Miguel Hernández

Pasto mi ciudad

A quién le interese, sea candidato a la Alcaldía de Pasto, concejal, diputado u algo por el estilo, ya que en estos días se habla tanto de pueblo, ciudad, de sus habitantes y en estos momentos se están untando de pueblo en cualquier reunión, en cualquier sitio donde haya una montonera de personas para hacer de las suyas encima de una tarima y ante un micrófono, cosa rara, antes ni a sesiones ordinarias ni a extraordinarias asistían.

Lo que les quiero contar no se trata exactamente de política, se trata que Pasto está próximo a estallar por la cantidad de vehículos que circulan por las tres calles que más o menos tenemos hoy. La gente se asombra diciendo ¡cuántos carros que hay en Pasto, por Dios! Y en realidad no es eso, lo que no hay son calles para transitar normalmente y unos semáforos totalmente descompuestos y desorganizados en su funcionamiento.

De esto creo que se escribió algo, pero si analizamos que Pasto está partido en dos partes y el culpable de eso es el río Chapal que atraviesa casi por el centro de la ciudad, dividiendo la población en dos sectores de lado oriente, donde viven los Jojoa, Benavides, los Botina, los Rivera, los Rosero y, del lado occidente donde viven los Zarama, los De Los Ríos, los Paladines, los Chamorro, los Jaramillo y todos los encopetados de Pasto City.

Y aquí viene lo del problema, que para pasar del oriente al occidente y de occidente al oriente, hay únicamente seis puentes los cuales son el puente de la carrera cuarta en el barrio Chapal, el puente que queda al respaldo del estadio Libertad, el puente de la calle 16 que pasa al mercado de El Potrerillo, el puente en la avenida Idema, el del parque o avenida Bolívar y el puente de la avenida Bavaria, casi se los cuenta con los dedos de la mano.

Hace unos años se construyó un puente para la salida de los vehículos que salen desde la terminal terrestre y pare de contar. Si hacemos un análisis del asunto digamos con toda sinceridad que es una sinvergüenzada la que nos tienen los señores que han llegado a sentarse al puesto de alcalde de San Juan de Pasto, es una pobreza y desamor por Pasto y toda su gente, no han sido capaz de darse cuenta lo difícil que es pasar por estos sectores.

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Personas que tienen que ir hasta el sector de El Potrerillo todos tienen que llegar hasta la calle 16 y pasar por el puente y llegar al mercado, si vamos a ir al estadio Libertad tenemos que llegar al puente de la carrera cuarta del barrio Chapal y voltear al estadio, pero si hubiera puentes al lado y lado de todas estas arterias viales el tránsito fuera más tranquilo sin taponamientos ni esperas en los semáforos colocados de lado y lado.

Ahí les dejo ese trompo en la uña, para que lo tengamos en cuenta a la hora de votar por un gran amigo íntimo que se lanzó de político, por el político que se adueñó de la empresa donde trabaja, del hermano del patrón donde labora, en fin. Tengamos en cuenta a quién le vamos a dar la confianza de quien se va a subir al puesto de alcalde, con propuestas lógicas y de cambio para nuestra ciudad. Pasto necesita un cambio y es de urgencia.

POR: MIGUEL HERNANDEZ