Tatiana Santacruz.

Tomemos lo bueno de cada experiencia

La Educomunicación es un campo teórico y práctico que propone una intervención a partir de algunas líneas básicas cómo la educación en medios de comunicación, uso de los medios en la educación, producción de contenidos educativos, gestión democrática de los medios, y práctica epistemológica y experimental del concepto. Partiendo de ello, en mi vida personal, desde muy pequeña empecé a consumir contenidos televisivos de educación que podrían catalogarse principalmente como contenido de entretenimiento, dicho contenido se basaba y aún se basa en hechos reales o historias de la vida cotidiana; asimismo dichas historias se basan en la práctica de los valores y la empatía como la capacidad que tiene una persona de percibir los pensamientos y las emociones de los demás, basada en el reconocimiento del otro como similar, es decir, como un individuo equivalente con mente propia, por ello es vital para la vida social.

Además, consiste en entender a una persona desde su punto de vista en vez del propio, o en experimentar indirectamente los sentimientos y percepciones del otro. La empatía no implica en sí misma motivación de ser una ayuda, sin embargo, puede volverse una base para la solidaridad o angustia personal, lo que podría resultar en una reacción; un ejemplo de ello es cuando en psicoterapia, la empatía se puede dar por parte del terapeuta, siendo un camino para comprender tanto al paciente, como sus afectos, sus motivaciones, o sus comportamientos y resultados.

De acuerdo a lo anterior, hay muchas personas que también podrían catalogar este tipo de contenido como emisiones televisivas de mala influencia o sin importancia como cualquier otra, puesto que en ellos también se indica la maldad de los individuos sobre los demás.

No obstante, yo he aprendido mucho de estas transmisiones porque gracias a Dios y a la vida las he tomado como ejemplo, agarrando de ellas las enseñanzas de manera positiva; más no negativa como suele observarse normalmente, lo cual considero que es debido a lo culturalmente aprendido, puesto que desde años atrás se prohibían muchas de las nuevas teorías o se catalogaba como mala influencia a todo aquel que quería hacer algo diferente, un ejemplo de ello es cuando cualquier mujer que gozaba de independencia era considerada como bruja, en donde los inquisidores creían que las mujeres que quedaban fuera del control masculino o que se mantenían fuera de los roles femeninos prescritos, leyendo o dando su opinión, eran elementos perturbadores del orden social establecido.

Posteriormente a ello, considero muy importante y fundamental que cada uno de nosotros tomemos las experiencias que obtenemos en los diferentes entornos y roles de la vida, como una instrucción para hacer lo debidamente adecuado, partiendo del bienestar del otro, poniéndonos en sus zapatos y dejando a un lado lo malo que se ha normalizado, con el fin de no generar ningún tipo de daño.

Por:  Tatiana Santacruz