A escasas 6 semanas de las elecciones de congresistas y de las consultas interpartidistas para seleccionar candidatos a la Presidencia de la República, nos llama la atención que los mismos con las mismas, hoy hacen campaña con las viejas promesas incumplidas desde hace 30 o más años.
Duele ver como sin sonrojarse, salen a los medios de comunicación televisados, de radio, prensa y ahora en redes sociales a mostrarse como los redentores de la sociedad.
Desafortunadamente, en el caso del Congreso de la República, no habrá renovación ni nacional, ni regional. Serán elegidos los mismos con las mismas. Digo lo anterior por cuanto los actuales congresistas son quienes ostentan el poder y tienen acceso a las mieles que se derivan de su representación a nivel nacional y regional. Destronarlos será difícil; las maquinarias y el dinero se impondrán.
En las consultas interpartidistas y de coaliciones, en cada bloque se impondrá el que mejor logre cautivar electores, unos con base en votos de opinión y otros apoyados en sus aceitadas maquinarias nacionales.
Al respecto, el único candidato que hoy mueve la opinión y llena plazas es Gustavo Petro. Los demás excepto Rodolfo Hernández, quien también ha logrado sintonizarse con la opinión convirtiéndose en el adalid anticorrupción, solo esperan que sus maquinarias funcionen, porque no despiertan ningún entusiasmo ni nacional ni regional.
Así las cosas, de ser las elecciones mañana, la pelea por la Presidencia estaría entre Gustavo Petro, quien encabeza las encuestas de preferencia y Rodolfo Hernández, quien se ha caracterizado por no tener pelos en la lengua y ganar adeptos, por decirles ladrones a quienes diariamente se roban los recursos de los pobres.
A propósito de Hernández, es bueno recordar con Paulo Cohelo:
Fácil es juzgar los errores de otros, difícil reconocer los propios. Fácil es hablar sin pensar, lo difícil es pensar antes de hablar. Fácil es prometer, lo difícil es cumplirlo. Fácil es criticar a los demás, lo difícil es mejorar uno mismo. Fácil es llorar por lo perdido, lo difícil es cuidar antes de perderlo.
POR: VICTOR RIVAS MARTINEZ.

