El fin de semana pasado perdió la vida Jairo Andrés Legarda Argoty, un compañero que se desempeñaba como diseñador gráfico en la casa editorial en la que escribe el suscrito (DIARIO DEL SUR) en un accidente de tránsito al norte de Pasto (Nariño).
Si bien es cierto los hechos antes mencionados son materia de investigación, es simplemente innegable que en este país existe una cultura de total irrespeto hacia los ciclistas y con ello hacia el derecho fundamental a la vida. Pero vamos por partes, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses a fecha de corte de septiembre del 2021, manifestaron que cerca de 339 ciclistas perdieron la vida en un accidente de tránsito en los que se vieron involucrados vehículos de carga y transporte individual. Es decir que al menos una persona muere a diario en Colombia por montar bicicleta.
«En este país existe una cultura de total irrespeto hacia los ciclistas y con ello hacia el derecho fundamental a la vida».
Lo más alarmante del asunto es que las autoridades de tránsito municipal parecen ignorar las estadísticas al ser cómplices silenciosos de este actuar pues basta con pararse en cualquier esquina para evidenciar como los conductores violentan, insultan e irrespetan a quienes deciden hacer de la bicicleta su medio de transporte.
Y así vamos por la vida, un día tenemos un nombre, una familia, un empleo y hasta una mascota y al otro tan solo somos una mísera cifra en una estadística pues en tanto las bicicletas no tributen (es decir no pagan Soat o revisión tecno mecánica) para el estado y sus entes tan solo somos un numero en ascenso.
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Adenda: La semana pasada la Corte Constitucional -tribunal conformado por “sabios” que deciden con conocimiento absoluto sobre la Constitución Política- intento resolver una discusión sobre la despenalización del aborto en Colombia, sin embargo, esto quedo en un mísero empate el cual deberá ser resuelto en un nuevo expediente que puede tardar (no sé cuánto tiempo más) en llegar. En Medellín (Antioquia) un juez considero que introducir unas pastillas de misoprostol en un jugo Hit y dárselo a una mujer embarazada para que lo beba no es un delito, al parecer, este país seguirá siendo una mierda en tanto las mujeres no puedan decidir sobre su cuerpo y por el contrario las decisiones sean tomadas por un barrista y unos viejos que aún no logran comprender el siglo XXI.
Por: Nicolás Escobar Bejarano

