En el armado del pesebre participaron Araceli Coral, Karen Chaves, Andrea Chaves, Britney Parra, Luis Ramírez, Yolanda Ramírez, Harold Ramírez, Lola Figueroa, Christian Benítez, Román Ramírez, Camila Martínez, Josefina Ramírez, Margarita Ramírez, Silvia Ramírez, Luisa Salas, Valery Beltrán, Alejandro Beltrán, Yuli Coral, Tiago Martínez y Samuel Coral.

Elaborar el pesebre, una tradición familiar

En octubre la familia Ramírez Benavides inicia los preparativos para la Navidad con un nacimiento digno de admirar.

 

En el sur oriente de la ciudad de Pasto, específicamente en el barrio El Tejar, vive parte de la familia Ramírez Benavides; para ser exactos 5 de los 9 hermanos. Este ha sido el hogar de este linaje por más de 70 años, por el que han pasado cinco generaciones.

Al llegar una tarde a este hogar lleno de alegría y entusiasmo descubro un pesebre que abarca la sala completa. No es la sala más grande, pero sí es amplia.

Me sorprendo al ver las figuras que miden aproximadamente medio metro, es decir entre 50 y 55 cm de alto. Al fondo se encuentra una casucha en la que reposan la mula y el buey, de pie San José y sobre una roca la Virgen María. En medio de todos ellos reposan varias hilachas de paja en donde el día de mañana, 25 de diciembre, estará el niño Jesús.

Al lado derecho de esa humilde morada se encuentra un horno de barro y al otro un pequeño río con su propio movimiento de agua que desemboca en un limitado riachuelo, lleno de patos y peces diminutos.

Todo esto es creación de esta familia, que, por más de 20 años, tras la muerte de sus padres, quienes fueron la primera generación en este hogar, tienen la tradición de reunirse en familia, no solo los nueve hermanos sino también sus hijos, nietos y bisnietos, a armar el pesebre.

Retoques

Cada año las figuras que hacen parte de este pesebre lucen “atuendos totalmente nuevos”, sus looks, como dice la artesana Maribel Ramírez, se renuevan, sus colores varían, con la finalidad de darle un toque innovador a esta creación.

Tres meses antes de Nochebuena desempacan los materiales y figuras que han guardado en cajas con mucho cuidado a mediados de enero, entre estos animales, casuchas, luces, árboles y por supuesto las 11 figuras de cerámica que son las protagonistas de esta celebración, la mula y el buey, la Virgen, San José y el Niño Jesús, los tres reyes magos y los camellos.

El objetivo es renovar estas figuras y la encargada de esta labor es Maribel, quien ha dedicado parte de su vida a la pintura, especialmente en cerámica. “Cada año, con el trajín de guardar, transportar y volver a sacar las figuras estas se estropean, se fracturan, entonces yo me encargo desde octubre de resanarlas y hacer los cambios que necesitan, entre estos los colores de sus vestidos”.

“La idea es manejar una misma gama de colores para evitar que las figuras queden muy llamativas. Si bien la idea es que las figuras resalten, tampoco se desea que sean las únicas que se visualicen en el pesebre”, dijo Maribel.

Maribel Ramírez, restauradora.

 

Estructuras

Con las figuras listas para ser instaladas, el siguiente paso a seguir es realizar las estructuras que adornarán el pesebre, entre estas ríos, puentes, estanque, casas y rebaños, etc. El encargado de renovar y elaborar estas piezas es el hermano menor Harold Ramírez.

Él, al igual que su hermana Maribel, inicia su trabajo en octubre, en concordancia con Silvia, quien es la encargada de juntar todas las piezas y darle forma al pesebre. Entre ellos deciden qué estructuras hacer y cuáles adecuar.

“Iniciamos planeando lo que vamos a hacer, después inicia el proceso de dibujo de lo que se desea, posteriormente recolectamos los materiales, y finalmente elaboramos las piezas”, dijo Harold.

Para este proceso se intenta reciclar el mayor número de elementos que puedan ser utilizados, entre estos papel, cartón e icopor. Bisturíes, cautiles, pinceles, pinturas, cola, son algunos de los materiales que se utilizan para esta elaboración.

“Este año no elaboramos la pieza más difícil y compleja, que es la casa de la familia. Esta es una cueva que hacemos con papel, cartón y la forraremos con papel de color; pero sí hicimos un horno de barro, un aljibe, y la estructura de un rio y un estanque que tiene su propio movimiento”.

Gallineros, cocinetas, casuchas, corrales, fuentes, molinos, palmeras y puestos de frutas, hacen parte de las piezas elaboradas por Harold.

 “Iniciamos tres meses antes para ir despacio. No nos gusta hacer todo a último momento. Comenzamos con anterioridad con el fin de no apresurarnos y de trabajar a nuestro ritmo. Cada uno lo hace en su tiempo libre, ya que tenemos diversas responsabilidades”, concluyó.

Harold Ramírez, creador de estructuras.

 

Armado

Visité este hogar un 12 de noviembre, cuando iniciaban las labores de armado del pesebre. Antes de ello todo lo que se pretendía disponer en el espacio estaba completamente listo.

En la sala y el garaje había aproximadamente 25 personas, entre adultos, jóvenes y niños, quienes en medio de la alegría, bullicio y risas compartían un momento ameno, recordando experiencias pasadas y entre todos pensando cómo darle forma a ese pesebre que más adelante ocuparía casi toda la sala.

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En medio de la algarabía una mujer de 53 años de edad parece ser quien dirige la escena, es la arquitecta de la elaboración del pesebre, su nombre es Silvia Ramírez, la menor de las mujeres de esta casa. Es ella quien lleva el orden en esta actividad.

“Movamos esto, subamos aquello, pongamos allá, quitemos mejor”, son algunas de las frases repetitivas que pronuncia durante toda la tarde.

Ella manifestó que durante mucho tiempo las festividades de fin e inicio de año eran poco apetecidas por la familia ya que sus padres murieron por aquellas épocas. Sin embargo, cada año, tras la partida de ellos, los nueve hermanos se reunían, compartían y así inició la tradición de construir el pesebre.

“Iniciamos haciendo pesebres chiquitos por el espacio. Cada año iba aumentando su tamaño. Hoy ocupa casi toda la sala, y eso que lo hicimos un poco más reducido que hace dos años. El año pasado no nos reunimos por la pandemia, entonces la dinámica cambió, organizamos solo las figuras para poder rezar la novena. Ahora volvimos a reunirnos en familia y lo estamos organizando”, dijo.

“Yo soy la encargada de coordinar el armado. Mis otros dos hermanos antes de esto han restaurado las figuras y creado los ambientes y estructuras que se pondrán en el pesebre. Yo les he acompañado en el proceso, pero no hago lo que ellos. Mi función es entablar todo lo construido, obviamente con la ayuda de todas las personas que están aquí, mis sobrinos, hijos y hermanos. Entre todos planificamos”.

Silvia Ramírez, ama de casa.

 

El pesebre

Durante todo un fin de semana, viernes, sábado, domingo y lunes festivo, la familia Ramírez Benavides se reunió con el fin de terminar la elaboración del pesebre, un conjunto de piezas, colores, texturas y personajes que reviven la historia del nacimiento de Jesús según lo profesado por la fe católica.  

Esta tradición familiar ha permitido que el arte esté presente al interior de este hogar. Las nuevas generaciones han empezado a poner en práctica lo aprendido en esta casa, además de participar en la construcción colectiva del pesebre en casa de los abuelos. Es el caso de Maryely Chacón Ramírez, quien también elabora junto a su esposo e hija un pesebre en su hogar.

Esta familia demuestra los valores que profesa la Navidad, la unión, la solidaridad, la felicidad, el compartir en familia y por supuesto la fe católica. De esta manera es como le dan la bienvenida al Niño Jesús en su hogar, tratando de representar las condiciones y los contextos en los que posiblemente llegó al mundo.

“Tratamos de recordar la historia, le damos nuestro propio toque regional y familiar. Pero lo importante, más allá de lo que encontramos hoy aquí, es el compartir, el estar en estas festividades juntos como familia. Si bien cada persona tiene sus responsabilidades y sus familias nos reencontramos aquí en casa de nuestros padres, y ahora de los hermanos que viven aquí, el hecho es pasar una Navidad de unión, paz y tranquilidad”, manifestó Yolanda Ramírez, quien viene de Cali a compartir esta tradición familiar.

La familia Ramírez Benavides desde hace más de 20 años se reúne para armar el pesebre y recibir con la mejor energía las fiestas decembrinas.