Nunca antes había visto tantos sentimientos encontrados de confusión para el ajedrez político. Son protagonistas la alegría, la esperanza, la preocupación, el descontento, las peleas inexplicables, y hasta decisiones de varios caciques regionales de tirar la toalla, quién sabe si por susto a que el pueblo está pensando o porque cumplieron su ciclo.
Lo que sí es real, es que el estallido social en Colombia puso a comprender la política. Sin importar los colores, creo que todos los colombianos coincidimos en que el anhelado cambio debe comenzar por el Congreso. Desde que tengo uso de razón político, es la primera vez que no se puede asegurar y contar el número de curules como antes. Puede ser histórico la mayoría de progresistas en nuestro legislativo, y eso ha llevado a altercados en todos los partidos.
El Centro Democrático debuta con la famosa división interna, si hay algo que lo resaltaba a ese partido era su organización, y que nadie se atrevía a contradecir las órdenes de Álvaro Uribe. El partido conservador perdió a caciques en las regiones, a esos políticos tradicionales de muchos votos, pero que los conseguían gastando mucho dinero, seguro analizaron ahora como en el juego de póker, ¿apuesto todo con tan solo dos pares?
El Pacto Histórico, si bien es el que más ofrece caras nuevas, no se queda atrás en reproches de sus líderes o militantes, sobre todo, en la llegada de personajes no aceptados por esos lares. La presión fue tanta que a Gustavo Petro no le quedó otra que asegurar que no responde políticamente por las listas regionales, sí la del Senado, la cual es cerrada y cremallera (hombre – mujer).
Lo necesario ahora es escucharlos a todos para poder votar por el que más se asocie con usted. La contienda será entre nuevos vs tradicionales.
Por: Emilio Jiménez Santiusti.

