El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, es el sol en la medianoche, en la oscuridad, en las penumbras, en las soledades y silencios, en medio de los miedos, las deseperanzas, sufrimientos y angustias de muchas familias, mujeres gestantes, mamitas lactantes, niños, niñas, adolescentes y jóvenes que en los diversos territorios de Nariño encuentran en una Defensoría de Familia, en una madre comunitaria, en una psicóloga, en una trabajadora social, en una servidora pública o en un servidor publico del ICBF una escucha, una mano amiga, la protección, cuidado y atención para sus dificultades.
Por eso el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar conmemoró el pasado 10 de diciembre de 2021su quincuagésimo primer aniversario de servicio público en los 64 municpios del Departamento de Nariño, con la satisfacción de ser esa luz de esperanza en medio de la oscuridad, la oportunidad y la posibiidad de una salida entre los extravíos, algunas lágrimas de desconsuelo y alguna sonrisa de tranquilidad y sosiego.
La labor realizada tanto por la Sede Regional como por los Centros Zonales de Barbacoas, Tumaco, Ipiales, Tuquerres, Pasto Uno, Pasto Dos, La Unión, y Remolino, merece el reconocimiento y la gratitud de la población mestiza urbana y rural, de los campesinos como también de los pueblos indígenas incluidos en el dedicado y extenuante trabajo diario comprometido con el reconocimiento, garantía y restablecimiento de los derechos humanos, fundamentales, personalísimos y constitucionales de nuestra niñez y adolescencia, que nos dan la oportunidad de dejarles un mejor país y una mejor región que la encontrada por nosotros, porque el futuro no es nuestro sino un préstamo que nos hacen las futuras generaciones.
Son 51 años de construcción de saberes y aprendizajes en Nariño, ¿Qué sería de tantos niños, niñas, adolescentes, familias y jóvenes más desprotegidos, necesitados, abandonados, sometidos a la profunda desigualdad e indignidad humana, si no existiera y actuara el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar?
Por eso es necesario reconocer, agradecer y abrazar a cada uno de los servidores públicos y contratistas del ICBF en Nariño, como un símbolo de gratitud, a la Dirección Regional, a las Coordinaciones de los Grupos, a las Coordinaciones de los Centros Zonales, por querer seguir siendo aquel sol de medianoche que alumbra el camino cuando la oscuridad no nos deja ver que la vida es un regalo de Papito Dios para vivirla viviendola cada día de la vida.
Así es muy querido y estimado ICBF, siga siendo el sol de la medionoche en esta patria colombiana que tanto necesita de su mano amiga y su protección humana, para que en la memoria de los tiempos, más allá de la humana partida, siga viva su labor, dedicación, honradez y entrega al sembrar y cultivar la semilla de la vida.
Por: Emilio Coral.

