“Mamar gallo” es una expresión que tuvo sus raíces en la costa atlántica y pronto se popularizó en todo el país, gracias a nuestro Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
La expresión, que se ha extendido por varios países de Suramérica, entre ellos, nuestros vecinos de Ecuador y Venezuela, cuyo origen ha sido tema de profundos análisis y estudios, significa tomar el pelo, burlarse de alguien o decir algo que no es verdad.
Entonces, la expresión cae como anillo al dedo para calificar la actitud que ha tomado el Gobierno del Ecuador, en lo referente a la apertura de la frontera colombo-ecuatoriana la cual se debía abrir este primero de diciembre, pero como también lo expresa otro dicho muy popular, nuestros hermanos ecuatorianos nos dejaron “con los crespos hechos”.
Nos parece que luego de la tremenda crisis económica que, desde hace casi dos años, se afronta en Ipiales y en general en el departamento de Nariño por el cierre de la frontera, este tema merece un tratamiento serio y responsable, ante los gravísimos estragos económicos que este cierre causó en ciudades como Ipiales, donde prácticamente, el comercio se paralizó durante estos 20 meses.
«Lo único que resta esperar es que ese otro anuncio de la frontera colombo-ecuatoriana no se vaya a constituir en otra “mamada de gallo” por parte del Gobierno ecuatoriano, puesto que la fecha anunciada del 15 de diciembre, todavía sirve para que el deprimido comercio de Ipiales tenga una oportunidad de revivir, puesto que se vienen encima las compras de Navidad y de fin de año».
Precisamente, por ese motivo el anuncio conjunto que hicieron el pasado 21 de noviembre, los presidentes del Ecuador, Guillermo Lasso y de Colombia, Iván Duque, en el sentido de que la frontera se iba a abrir el pasado primero de diciembre nos llenó a todos de una enorme alegría y encendió en el comercio de Ipiales, la esperanza de una gran reactivación económica, teniendo en cuenta la temporada navideña que se vive en estos momentos.
Sin embargo, a pocas horas para la anunciada apertura, mientras que los comerciantes de Ipiales se aprestaban a recibir a los compradores provenientes del Ecuador, el gobierno del vecino país, le hecho reversa a esa decisión, para lo cual adujo razones de bioseguridad, al manifestar que ante la aparición de una nueva variante del Covid-19, denominada Ómicron, no era conveniente proceder a la apertura total como era la intención inicial, la cual quedó reducida al paso de la carga internacional.
Sobra decir, que con esa decisión, los colombianos no ganamos absolutamente nada, puesto que ese paso de la carga, estaba autorizado desde tiempo atrás y en cambio, lo que ganamos fue una decepción enorme la cual oscureció la gran esperanza de reactivación que se tenía en el lado colombiano de la frontera con Ecuador.
Naturalmente, el descontento en Ipiales, es general y ya dio a lugar a varias protestas, a pesar de que en las últimas horas, el presidente de la República, Iván Duque manifestó que luego de sostener un dialogo con su homólogo ecuatoriano, Guillermo Lasso, entre ambos países se tomó decisión de darle apertura a la frontera, el próximo 15 de diciembre, bajo el parámetro de estrictas medidas de bioseguridad, las que incluyen la presentación del carné de vacunación.
Ahora lo único que resta esperar es que ese otro anuncio de la frontera colombo-ecuatoriana no se vaya a constituir en otra “mamada de gallo” por parte del Gobierno ecuatoriano, puesto que la fecha anunciada del 15 de diciembre, todavía sirve para que el deprimido comercio de Ipiales, tenga una oportunidad de revivir, puesto que se vienen encima las compras de Navidad y de fin de año.
Por lo pronto, la síntesis de esta delicada situación luego de este anuncio es que hay ilusión, pero a la vez incertidumbre en torno al cumplimiento de la apertura en la mencionada fecha, luego de la gran decepción que se acaba de sufrir el pasado primero de diciembre. Entonces, no hay otra alternativa que esperar al 15 de diciembre, a ver qué ocurre.