Se viene la temporada navideña junto a las festividades de fin de año y carnavales y el tema de la seguridad tiene que ser analizada por las autoridades en la ciudad de Pasto para evitar que los actos de inseguridad se incrementen durante estos días.
No hay día que no reciba un mensaje de un amigo, lea el mensaje de un desconocido que en sus redes sociales escribe con dolor y con rabia que fue víctima de los delincuentes en varias zonas de la capital de Nariño y no es justo, no es justo porque el ciudadano del común, el trabajador sufrido, pagador de impuestos y aguantador se ha convertido en el blanco de los amigos de lo ajeno.
Las motocicletas se han convertido en una herramienta para los delincuentes, a bordo de ellas parecen invulnerables, pues velozmente huyen tras cometer el raponazo, en el mejor de los casos, porque también se registran hechos en los cuales armados con navajas, cuchillos y cualquier filosa arma, los parrilleros descienden de la máquina para hacerse con las pertenencias de los transeúntes, especialmente mujeres, en cualquier calle de la ciudad.
Otras imágenes de las cámaras de seguridad de locales comerciales o supermercados, muestran como los delincuentes esperan el momento justo para entrar ocultos tras los cascos y los tapabocas para amenazar con armas de fuego y llevarse el producido del día de las cajas registradoras y de paso alguna que otra botella de caro licor.
Claro, hay casos en los que algún ciudadano valiente reacciona para impedir la huida y entonces la situación se voltea convirtiendo a los delincuentes en víctimas de una comunidad cansada del hurto y de la amenaza, que decide tomar la justicia por propia mano y muelen a golpes al ladrón y de paso le queman la moto para que haya una máquina delincuencial menos.
Y entonces la Policía aparece, afortunadamente, para proteger al delincuente, pues es su deber proteger la vida de todos y no está nada bien que en un país que dice ser un Estado de derecho, la ciudadanía imponga su propia ley aumentando la ausencia de la autoridad.
Se veía venir, además, las afectaciones de la pandemia y la cantidad de desempleados que hoy tiene Colombia, sumado a las consecuencias que desde lo económico dejan los bloqueos que se realizaron en el paro nacional, traen este tipo de reacciones entre quienes parecen no encontrar camino distinto que la delincuencia. Pero le corresponde al Gobierno y la Policía adelantar planes preventivos antes que correctivos para este fin de año.
Por: Manuel Antonio Rosero Trejo

