Hoy quiero referirme al texto Semillas de cambio de Eduardo Romo Rosero por cuanto su lectura me permitió una serie larga de reflexiones que me permito recomendar a nuestros gobernantes, líderes cívicos y gremiales, directores y gerentes, empresarios, estudiantes y personas comprometidas con el desarrollo y progreso de nuestra región.
Es un manual de ética y gobierno que nos lleva a una serie de pensamientos e interrogantes facilitándonos caminos de concordia y dinamismo, un texto que debe constituirse en un obligado referente para quienes se desempeñan en cargos de responsabilidad social.
Su larga experiencia administrativa y empresarial le permiten formular una serie de sugerencias de Buen Gobierno que paulatinamente deben implementarse en nuestro municipio y departamento. Sus disquisiciones nos permiten ver a un hombre maduro que ha recogido generosamente los frutos de una cosecha para entregarlos renovados y sanos a su gente y a sus gobernantes.
Su prolífica vida y su gran compromiso con su ciudad y departamento le han permitido conocer aspectos que hoy los traduce y entrega en unas breves crónicas que para beneplácito general se pueden consultar en su texto Semillas de cambio.
Los nariñenses tenemos la obligación ética y moral de trasplantar esas semillas en nuestro corazones, manos y acciones que permitan el resurgimiento de una raza que se caracterizó por su hidalguía, su lucha, su compromiso y su bravío espíritu que no se amilanaba ni siquiera ante la misma derrota.
«Su voz es la voz de todas las personas sensatas y a quienes les duele la contemplación de una sociedad arrollada por actos de inmoralidad y que hoy ya son cotidianos».
Debemos iniciar una gran cruzada contra ese mal que nos lastima y carcome y que, desafortunadamente, ya hizo metástasis en todas las esferas sociales y gubernativas, ese cáncer social que es la corrupción y que nos debe impulsar a organizar un gran movimiento para alcanzar una aplastante victoria que nos permita salir de este atolladero en que nos encontramos. Y eso únicamente será posible, como lo sentencia y manifiesta el texto Semillas de Cambio mediante un compromiso familiar que trascienda esferas educativas y académicas. No existe otro camino ni otro inicio.
Su voz es la voz de todas las personas sensatas y a quienes les duele la contemplación de una sociedad arrollada por actos de inmoralidad manifiesta y que hoy ya son actos cotidianos y aceptados socialmente.
La gran riqueza debe labrarse en las mentes brillantes, en seres que sienten como propio el dolor ajeno y se conduelen del necesitado y menesteroso. Cada letra y palabra es una invitación a retomar los postulados humanistas que hoy ya son simplemente un enunciado sin sentido alguno.
Esa carrera desbordada y desbocada por el éxito social y económico se ha constituido en un verdadero frenesí de pasiones donde es más quien más tiene y roba, aquel que sin importar las argucias que utilice llega al poder para saciar sus bajos instintos de fiera asesina y bastarda que nada le complace. Qué falta nos hacía un texto así, que con serenidad y cultura nos permite abordar temas y tópicos vedados por los cultores de la ganancia fácil y simple.
Meritorio el texto de Eduardo Romo Rosero por inspirarnos a creer y pensar en una nueva y renovada realidad.
POR: PABLO EMILIO OBANDO

