Uno de los compromisos de la Alcaldía de Pasto, cuando se decidió acabar con la cancha de fútbol del barrio Santa Mónica para construir allí el famoso hospital, fue entregarles a los niños y niñas de la escuela, sede Ciudadela Educativa de Pasto, un espacio para que pudieran allí recibir sus clases de Educación Física y hacer su recreo, como lo hacían en la cancha de fútbol, que desde hace seis años lo tenían.
Hoy, después que los directivos de la IE Ciudadela Educativa de Pasto tanto lucharon para que se les devuelva este espacio; después de que tanto insistieron ante Infraestructura Municipal para que se les construya un muro que separe la escuela del hospital; que nunca lo hicieron y debió destinar los recursos económicos, setenta millones de pesos, la Secretaría Municipal de Educación, gracias a la buena voluntad de Gloria Jurado, a ella no le correspondía, pues el deber ético, moral y legal lo tenía Infraestructura, pero bueno, finalmente el muro está construido.
Ahora que los niños y niñas de la escuela ya tienen dónde jugar, dónde recrearse, dónde recibir sus clases de Educación Física, alegremente aparecen los señores directivos de la Junta de Acción Comunal del barrio Santa Mónica, dizque exigiendo se les entregue “un pedazo de terreno” el necesario para construir allí un Salón Comunal. “Pobres incautos”, “pobres tontos”, diría Emanuel en una de sus canciones, si creen que se les va a conceder su absurda petición.
Nosotros esperamos que tanto los directivos docentes como la Secretaría de Educación, se mantengan firmes en su negativa por no concederles esta “atrevida” petición, de hecho, ese terreno que se les devolvió porque se les había quitado, pertenece, por derecho propio, a los niños y niñas de la citada escuela y si el alcalde, por vanagloriarse con los “lambiscones” líderes comunales, se atreve a concederles la petición, inmediatamente interpondremos una Acción de Tutela, exigiendo el respeto de los Derechos del Niño.
Por: Jorge Arturo Bravo

