El Dane informó que a septiembre del año en curso el desempleo a nivel nacional se ubicó en el 12.1%, lo que significa que mejoró en el 3.7% respecto al nivel de desempleo del año pasado, cuando nos encontrábamos en plena pandemia.
Si bien este dato es alentador, de todas formas, no es satisfactorio, si tenemos en cuenta que aún no llegamos a cifras anteriores a la pandemia, cuando el desempleo se ubicaba por debajo del 10%.
Hoy la población desempleada se ubica en cerca de 3 millones de colombianos. Antes de iniciar la pandemia, los desempleados eran, según datos oficiales, de 2.5 millones.
Sin duda la reactivación económica se nota en todos los sectores, es lenta pera avanza, al punto que el nivel desempleo disminuye paulatinamente. Lo que no se entiende y se critica, es que el Banco del República, en septiembre de este año, haya subido la tasa de interés del 1.75% al 2.0% y en octubre del 2.0% al 2.5%, incrementando de esta forma en solo dos meses en un 42%, el costo del dinero.
No sobra recordar que la tasa de interés del Banco de la República se mantuvo en el 1.75%, durante el periodo comprendido entre septiembre de 2020 y agosto de 2021, como una medida que permitió irrigar efectivo al sector productivo.
Esta determinación de subir la tasa de interés, sin duda va a encarecer el costo del dinero y en consecuencia, subirán los precios, que de por sí ya son altos, de todos los bienes y servicios que consumimos los colombianos. Esta decisión no nos parece adecuada para el país, cuando aún tenemos elevados índices de desempleo, cuando la inseguridad campea por todos los rincones, cuando nos preparamos para realizar un debate electoral e iniciar la discusión del salario mínimo vigente para el próximo año.
Estas precipitadas decisiones son las que a nuestro juicio incrementan las protestas contra el gobierno y se constituyen en la gasolina que encenderá aún más la inconformidad nacional.
Por: Víctor Rivas.