Con mucha lógica pensamos que el escándalo de los Pandora Papers donde destacadas personalidades de la vida nacional, comenzando con la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez y los expresidentes Andrés Pastrana y César Gaviria, figuran con sus ‘cuentas de ahorro’ en este paraíso fiscal, iba a tener una fuerte reacción de rechazo por parte del señor presidente de la República, Iván Duque.
En efecto, nos parece que este descubrimiento tenía que ser la coyuntura para que el Gobierno, la Fiscalía y los diferentes entes de control, procedieran a una gigantesca investigación de los exfuncionarios y servidores públicos que tan deportivamente buscan hacerle el quite al fisco colombiano. Nos referimos a unas pesquisas a fondo, como hoy se están haciendo en diferentes países donde el Pandora Papers también hizo de las suyas.
Pero cuando se esperaba que el presidente Duque iba a poner el grito en el cielo y de inmediato ordenaría esa auditoría e investigación a los involucrados en ese escándalo, su respuesta fue inesperada y en lugar de un duro regaño se constituyó en una defensa en la que simplemente manifestó que tener dinero en paraísos fiscales no es delito mientras que esa plata esté declarada en el país y de esta manera tan simple se zanjó el asunto.
«Mientras tanto, en Chile, el mismo escándalo de los Pandora Papers, que en Colombia pasó como una ‘travesura’ sin importancia, tiene tambaleando al presidente Sebastián Piñera. Así de grave es la cosa».
Para estupor de los colombianos eso fue todo. Ni rechazo ni investigación, solo aguas tibias, en un hecho que en otros países es un sonoro escándalo y donde ya se iniciaron las respectivas investigaciones en contra de los involucrados, que ante la gravedad de los hechos seguramente no la pasarán nada bien, como sí parece ocurrirá en Co lombia.
Pero no podemos olvidar que nos encontramos en el país del Sagrado Corazón de Jesús, donde cualquier cosa puede pasar y por eso estamos como estamos, en un país donde se ha reactivado la violencia, en medio de la corrupción y la inseguridad que hoy son el común denominador y donde su Presidente parece estar más preocupado por la problemática de Venezuela.
La triste realidad es que este episodio de los Pandora Papers pone al descubierto un país, donde al parecer todo el mundo puede hacer lo que le da la gana y actuar con total impunidad, como es el caso de los funcionarios públicos, algunos de los cuales ante el revuelo suscitado manifestaron a los cuatro vientos que todo estaba declarado. Pero ante esta cínica manifestación la opinión pública se pregunta cómo es posible que una persona que desempeña un cargo público, proceda a cometer un acto tan irregular, como lo es el de abrir cuentas con elevadas divisas extranjeras en un paraíso fiscal.
Son 588 colombianos los que aparecen en las listas de la Pandora Papers, quienes a consecuencia de la desidia del presidente Iván Duque no serán investigados. Por lo tanto, el país se quedará sin saber los montos de las cuentas de personajes, como la vicepresidenta y canciller Marta Lucía Ramírez y de los expresidentes de la República Andrés Pastrana y César Gaviria. Tampoco se podrán conocer las fuentes de donde provinieron estos elevados recursos
Esta es la realidad de este escándalo que en Colombia se quedó así, como si nada hubiera pasado, gracias al presidente Iván Duque y su ya famosa afirmación de que tener platica en los paraísos fiscales no es ningún delito.
Mientras tanto, en Chile, el mismo escándalo de los Pandora Papers, que en Colombia pasó como una ‘travesura’ sin importancia, tiene tambaleando al presidente Sebastián Piñera. Así de grave es la cosa.

