Nicolás Escobar Bejarano

Agentes de tránsito: ¿ángeles o demonios?

El viernes pasado, en el Parque Infantil de Pasto (Nariño), se evidenció, según consta en videos grabados por transeúntes, un posible caso de abuso de autoridad; en el se puede observar como cinco hombres intentan despojar de una motocicleta color rojo a una mujer, lo anterior ha generado polémica y rechazo en la comunidad pastusa.

Por un lado, están aquellos que afirman la prestación del servicio de la Secretaría de Tránsito Municipal de Pasto es una vergüenza pues de un momento a otro montan retenes ilegales (es decir sin respetar ningún rigor legal), además es abusivo el comportamiento de dichos funcionarios puesto que solo se dedican a cazar multas a cualquier costo, pues esto es el reflejo de colocar a personas incompetentes en cargos de dirección, en palabras sencillas: se trata del clientelismo que tiene fregado al país desde su fundación; y por otra parte se encuentran aquellos que aseguran que rechazan el actuar de la ciudadanía pues consideran que son los mismos motociclistas quienes transitan sin cumplir el deber legal, es decir, el uso correcto del casco y la documentación debida.

 

«Lo ocurrido en el Parque Infantil es tan solo un reflejo de lo que somos como sociedad, por una parte, están aquellos funcionarios despóticos que por portar un uniforme se creen con el derecho a humillar a los demás».

 

Lo cierto es que lo ocurrido en el Parque Infantil es tan solo un reflejo de lo que somos como sociedad, por una parte, están aquellos funcionarios despóticos que consideran que por el solo hecho de portar un uniforme tienen el derecho a pisotear y humillar a los demás; y por el otro lado, somos el reflejo de una idiosincrasia que nos caracteriza, es decir, constantemente estamos buscando el quiebre a la norma para evadir la responsabilidades que nos asisten por ejemplo, cuando transitamos sin Soat, es frecuente presenciar o escuchar anécdotas de algún conocido en el que se intento o logro sobornar a los agentes para evitar una sanción, creemos ser expertos en la cultura “del más vivo”, y no hemos logrado entender que verdadero cambio del país reside en actos tan pequeños como los aquí citados, pues seguimos creyendo, de manera errónea, que la solución y el cambio viene del presidente.

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Adenda: Acertada fue la decisión del Juez 2do civil de Villavicencio al negar la acción de tutela interpuesta por tres sacerdotes con la que se buscaba frenar la difusión del libro “Este es el cordero de Dios” del periodista Juan Pablo Barrientos, donde deja en evidencia los escándalos sexuales en los que está inmersa la arquidiócesis de Villavicencio. Señores pederastas, no olviden que la santa inquisición hace bastante terminó ¡Bienvenidos al siglo XXI!

POR: NICOLAS ESCOBAR