En el continente, desde el extremo sur hasta el Rio Bravo entre México y Estados unidos, incluida esta delicada frontera se oye a diario la palabra crisis. Empecemos justamente por ahí: hace dos semanas el gobierno norteamericano reprochó el trato inhumano contra los migrantes haitianos por parte de los guardas montados, usando látigos contra los que atravesaban el rio. Desde la administración Trump la crisis migratoria ha ido tomando caracteres cada vez más complicados. Deportaciones, separación de padres e hijos, episodios denigrantes contra los Derechos humanos.
En México el problema viene por contagio como vecino que es. Migrantes de Centroamérica tienen que atravesar ese país con las implicaciones políticas y diplomáticas en las relaciones con los Estados Unidos.
Panamá, en crisis por los 20 mil haitianos procedentes del Golfo de Urabá en Colombia; es una peregrinación constante donde Migración Colombia y la alcaldía de Necoclí no saben qué hacer.
Ecuador un gobierno que trata de tener gobernabilidad frente a una oposición en el parlamento dificultando la administración del recién elegido presidente Lasso.
En Perú reina todavía la incertidumbre con el nuevo presidente Castillo, aunque resultó ser mejor de lo que sus detractores de Lima y Arequipa pretendían. Hizo su primera gira internacional pasando por la Asamblea General de la ONU y se lució como estadista el “maestrito comunista” de Cajamarca.
En Argentina ha surgido un distanciamiento entre el presidente Fernández y su vice Cristina quien es la que tiene la sartén por el mango y el presidente ha tenido que ceder con cambio de gabinete.
Hay un fenómeno político interesante en El Salvador y su joven presidente Nayib Bukele. Por primera vez miles de personas no se reunían para aplaudirle sino para protestar por actos autoritarios en la justicia. Bukele fue declarado por el NY Times entre los 100 personajes más influyentes en el mundo. Continuará…
POR: CARLOS ALVAREZ