La semana pasada circuló libremente por las redes sociales un vídeo en el que la comunidad pastusa ejercía un acto de justicia por mano propia. El protagonista en esta ocasión, fue un hombre que presuntamente se encontraba robando en inmediaciones del sector de Mijitayo.
En este video se puede observar cómo las personas poco a poco lo van despojando de sus prendas de vestir (con excepción del tapabocas, eso sí, pues ante todo la bioseguridad) mientras que lo asisten, en su calvario, varios puños y patadas (tal vez, se trate de la versión moderna de la “purificación” de la cual hablan los indígenas). Además, se pueden apreciar las palabras de un espectador, quien manifiesta: “(…) Es para que aprenda. Es la única manera de acabar con la delincuencia en esta ciudad”.
Lo cierto es que el suceso es bastante simbólico: desprender a una persona de sus prendas para que sienta qué significa ser despojado de sus pertenencias, deja un mensaje en la comunidad; pero, me temo que no es la única manera de acabar con la delincuencia.
«La solución al problema es a largo plazo y, la forma de erradicarlo es educando a las generaciones venideras, garantizarles el derecho al trabajo y claro está, pensar en un país».
Para nadie es un secreto que los hurtos en la capital nariñense han aumentado de manera significativa en lo corrido del año, por citar un par de ejemplos, el jueves pasado fue quemado un vehículo en el que presuntamente se transportaban unos delincuentes en el sector de Aquine o, meses atrás, en el barrio Las Américas (pleno centro de Pasto), la comunidad atrapó a otro presunto ladrón. Sin embargo, la solución no es salir en jauría a cazar a los delincuentes, pues esto nos podría involucrar en problemas personales y jurídicos.
El actuar del desnudo de Mijitayo, no es un caso aislado en un país como Colombia, sino que es la historia de miles de jóvenes los cuales crecieron en medio de familias disfuncionales, muy marcadas por la marginalidad de la cual todos somos cómplices o víctimas y claro está, un rotundo abandono estatal, es decir, en este país el estado existe para cobrar impuestos, pero es invisible cuando debe brindar o garantizar derechos como la vida digna, educación, vivienda, entre otros.
Por eso, para mí la solución al problema es a largo plazo y, la forma de erradicarlo es educando a las generaciones venideras, garantizarles el derecho al trabajo y claro está, pensar en un país incluyente.
Por: Nicolás Escobar Bejarano.

