La terrible violencia que se vive en estos momentos en Tumaco y en vastos sectores de la costa pacífica de Nariño no parece tener fin, luego de los sangrientos hechos que se registraron en una discoteca del corregimiento de Llorente, donde fueron asesinadas cinco personas, entre ellas una adolescente de 15 años.
No se había apagado la conmoción que produjo la reciente masacre de cuatro hombres al interior de una gallera y el homicidio que les costó la vida a dos indígenas Awá, cuando en la madrugada del pasado domingo se registró otro trágico hecho que nos muestra con claridad la espantosa situación por la que afronta el Pacífico nariñense y el piedemonte costero, donde por lo que estamos viendo la vida ya no vale nada.
Ante lo que acaba de suceder nosotros nos preguntamos ¿qué ha pasado con los ofrecimientos hechos por el Gobierno Nacional para desterrar a los gestores de esta violencia irracional que ni siquiera respeta a los menores de edad?
«La gente de nuestra costa merece vivir en paz, sin los grandes temores que hoy afectan a miles de personas, a consecuencia de la delicada situación de orden público que se vive en la región y es por ello que el Gobierno Nacional debe proceder a la recuperación de estos grandes territorios, hoy en poder de narcotraficantes y bandidos».
Recordamos cómo hace algunos meses, con motivo de otras masacres que han tenido como escenario nuestra costa y también por el enorme desplazamiento de más de 3 mil personas en el Triángulo del Telembí, que comprende los municipios de Roberto Payán, Magüí y Barbacoas, el ministro de Defensa Diego Molano estuvo en Tumaco y de manera clara, responsabilizó de toda la violencia que hoy desborda a esta importante región de nuestro departamento, a las actividades del narcotráfico.
Pero, entonces el interrogante obligado es que se ha hecho para enfrentar esta verdadera maldición que azota y agobia a la costa pacífica de Nariño.
En ese sentido, lo que afirma la comunidad es que, en esa oportunidad, el ministro de Defensa habló muy bonito y prometió que muy pronto cesaría “la horrible noche”, pero todo indica que esas palabras cayeron al fondo del mar.
No se puede pensar otra cosa, ante la desbordada violencia que hoy aterra a los porteños y en general a todos los moradores de nuestra costa, asustados ante el poder que han adquirido en esa región los grupos delincuenciales.
Nos referimos a una situación en la que también no queda otra alternativa que pensar en que los amos y señores del puerto y de toda la costa son las bandas delincuenciales que se dedican al narcotráfico, quienes como suele suceder en esta clase de ilícitos negocios, imponen la ley del terror y de la muerte en la región.
Se trata de unos lamentables episodios en desarrollo de los cuales la impresión general, es que las autoridades se están viendo en inferioridad de condiciones para enfrentar a estas bandas, bien organizadas y fuertemente armadas que hoy tienen sumida en el pavor y el temor a la costa pacífica de Nariño, convertida desde hace tiempo en zona de abastecimiento de cocaína para todos los rincones del planeta.
Ante esta danza macabra de sangre y muerte en el Puerto, creemos que ahora más que nunca es necesario una gran intervención del Estado en esta región estremecida hoy por una serie de masacres causadas por las bandas del narcotráfico, como la que se acaba de registrar en el amanecer del domingo.
La gente de nuestra costa merece vivir en paz, sin los grandes temores que hoy afectan a miles de personas, a consecuencia de la delicada situación de orden público que se vive en la región y es por ello que el Gobierno Nacional debe proceder a la recuperación de estos grandes territorios, hoy en poder de narcotraficantes y bandidos.

