Lady Viviana Guerrero

¿Días comerciales o buenos pretextos para expresarnos?

Casi siempre, en diferentes contextos y en el marco de lo que conocemos como días especiales, como el celebrado este sábado a nivel nacional, el famoso “Día de amor y amistad” he escuchado a amigos, conocidos y desconocidos anunciar públicamente y a veces hasta con algo de íntima prepotencia y recelo, lanzar frases a los cuatro vientos; dichos contundentes y radicales como: “No celebro días comerciales”, “Son fechas que aumentan el consumismo”, entre otras muchas que seguramente Ud. también ha escuchado.

Lo cierto es que cada opinión es respetable, sin embargo, en nuestro entorno existe un día para cada cosa: día de la madre, un día del padre, un día de los enamorados, un día del perro, un día del gato, un día del niño, un día del periodista, del doctor, de la secretaria, del reciclador, un cumpleaños por persona, la lista en interminable.

Y si bien son días que se establecen en cada región o país, incluso hemos adoptado en una especie de movimiento, intercambio y mutación intercultural días que no son propiamente nuestros, pero que estamos en la libertad de celebrar, el día de la santa muerte, Halloween, 14 de febrero, son algunos de ellos.  

Al principio pensé: quizás mucha gente que se niega al festejo está en lo cierto, pero después, tras el paso de los años, me fui dando cuenta que habían cuestiones muy particulares para observar sobre éstas fechas, que están lejos de ser imposiciones o acciones de obligatorio cumplimiento.

El afán de las personas por hacer un obsequio, las ansias por terminar la jornada de trabajo y desplazarse a un inusual encuentro, la búsqueda de palabras adecuadas para agradecer la amistad o el amor no son más, para mí, que la demostración de que estas fechas son un pretexto perfecto para decir y demostrar física o simbólicamente aquello que en el día a día cotidiano no podemos decir, que no nos atrevemos a demostrar, pues si bien sabemos que la amistad o el amor, en este caso, son sentimientos devotos entre las personas y que implican cuidado y afecto mutuo sin ninguna exigencia, en general, olvidamos manifestarlo.

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En estas fechas un instinto natural nos empuja a querer hacer algo por aquellos que nos hacen bien y no hace falta regalarle eso material que tanto quiere (aunque es un pretexto también para apoyar la economía general), sobran las ganas de hacer una atención, de ofrecer algo que simboliza el valor de esa relación de familia, amor o amistad que es de mucho más valor y nos marca la vida.

Cada quién goza de libre albedrio para celebrar o no, sin embargo, a mí personalmente me encantan los pretextos para decir te quiero, gracias. Albert Camus diría “Ahora más que nunca, en estos tiempos sui generis, la frase Quien tiene un amigo tiene un tesoro se ha vuelto absolutamente válida y acertada … la amistad importa. Es uno de los factores que suman a nuestra vida, y mucho. Un amigo es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos. La confianza, la honestidad y la autenticidad es algo que compartimos mutuamente con nuestros amigos”.

Por: Lady Viviana Guerrero Ponce