Según datos del Dane en Colombia hay 21 millones de personas en situación de pobreza, y 7.4 millones de personas viven en pobreza extrema, si tomamos como referencia que nuestro país tiene más de 50 millones de habitantes, eso quiere decir que más del 40% de los colombianos se encuentra en situación de vulnerabilidades pues no han visto satisfechas sus necesidades básicas mínimas, situación que está en manos del Gobierno nacional, todo por el siempre bien ponderado «Contrato Social».
Esta introducción es motivada simplemente porque el gobierno nacional en días pasados acepto la «orden» emitida por parte de EUA para recibir 4 mil ciudadanos afganos. No estoy en contra de este tipo de acciones humanitarias que son propias de un derecho internacional de avanzada como el que en estos casos se busca defender, la reflexión va más allá, puesto que ningún gobierno en la historia del país ha logrado satisfacer las necesidades básicas de los colombianos, pero si podemos pensar en recibir migrantes. Algo se ha hecho, todo esto producto de la presión de la sociedad pero la desigualdad es cada vez más marcada en esta nación tan rica en diferentes aspectos pero tan paupérrima en otros.
No podemos con los más de un millón 700 mil ciudadanos venezolanos que han llegado por todos los rincones de la geografía a nuestro país, ahora pensamos en recibir a nuevos migrantes. Son pocos, dirán algunos. El punto no solo es la cantidad, va mucho más allá, nuestros gobernantes no pueden tomar sus propias decisiones, todo viene impuesto desde afuera. Estados Unidos mueve su mano y Colombia obedece. Por otro lado, aquí no va a venir cualquier afgano, algo deben tener para que se preocupen por ellos. Esta idea se fortalece más cuando en declaraciones del Presidente de la república se informó que los migrantes estarán de paso hasta que puedan llegar a Estados Unidos.
Definitivamente las ironías de la vida, Estados Unidos se preocupa por foráneos mientras que el gobierno colombiano de todos los tiempos no ha sido capaz de mejorar la calidad de vida de los habitantes del país. Por ejemplo, La Guajira y su deplorable situación de salud, la falta de dotación de baterías sanitarias en las escuelas rurales en donde se forma el futuro de la nación, sin olvidar las escasas oportunidades que tienen nuestros jóvenes en el mercado laboral además de la improbabilidad de recibir una jubilación, todo esto ‘gracias’ a la ardua labor de los legisladores en el Congreso.
Llegan afganos con gastos pagos a nuestras tierras mientras que hay hombres, mujeres y niños que deben levantarse a rebuscar en la basura a las 4 de la mañana todos los días para poder llevar algo de sustento a sus mesas. Como dice la canción “Gracias le queremos dar, señor gobierno, por permitir el infierno en que vivimos”.
POR: MAURICIO MUÑOZ MAZUERA

