Tras los hechos vividos en los últimos días en Afganistán ha quedado en evidencia una problemática que arrastra la humanidad desde hace milenios atrás y, precisamente, es la religión y el fanatismo de sus practicantes. Antes de desarrollar mi punto de vista sobre esta problemática, es importante mencionar que respeto profundamente las creencias de cada persona y no pretendo ofender a nadie con mi punto de vista ni tampoco cambiar su forma de pensar.
Históricamente el ser humano en el afán de comprender el universo y el mundo que lo rodea se ha albergado en la religión como la explicación a muchos fenómenos que no tienen lógica alguna hasta el momento. Eso es totalmente valido porque hay quienes creen que la creación de Dios fue el inicio de todos los tiempos, mientras que otros le dan el crédito a la evolución. Lo cierto del caso es que, a lo largo de los siglos, el factor cultural fue consolidando estas prácticas religiosas en cada parte del mundo y en muchos territorios estas creencias fueron tomando más fuerza.
El cristianismo hoy por hoy es considerada como la religión con más feligreses en el mundo, misma fe que ha dominado todas las dinámicas mundiales desde hace siglos atrás. No obstante, es inconcebible en estas épocas imaginar que en un pasado el cristianismo le hizo tanto daño a la humanidad en los tiempos del oscurantismo, momento en el cual todo el conocimiento fue restringido para la humanidad; asimismo, es triste ver que a quien no profesaba dicha religión le esperaba la muerte. ¿Acaso las prácticas extremistas de los talibanes de las cuales nos indignamos en estos días no son tan crueles como las del cristianismo en el oscurantismo?
Ahora bien, el extremismo religioso aparece en estos tiempos en donde hablamos de una supuesta libertad de las personas. Nos indignamos ante la represión sobre el pueblo afgano y sus mujeres, pero no protestamos ante el odio y la venganza que muchos feligreses y líderes cristianos han profesado desde sus altares.
Todo esto nos hace concluir que por culpa de la religión el ser humano ha tenido un retraso notable en diferentes sentidos de la vida. Millones de personas han sido torturadas, desmembradas, separadas de sus familias y, lamentablemente, asesinadas en nombre de un dios. Por culpa de la religión hoy tenemos un atraso intelectual que ha mantenido un subdesarrollo a muchos países. Por culpa de la religión se ha justificado millones de masacres sobre la humanidad.
¿Acaso no es importante dejar de lado el extremismo, fanatismo, odio, mentiras e hipocresía a un lado para poder ser mejor persona, hecho que debe ser más importante que profesar una fe de labios para afuera?
Por: Juan David Galviz Eraso

