De manera lamentable en los últimos tiempos cuando nos referimos a nuestra costa pacífica de Nariño, no podemos hablar de sus paisajes maravillosos, de la amabilidad de su gente, de la belleza de sus playas y el mágico misterio que envuelve sus manglares y territorios.
No, al hablar de nuestra región costera, el tema no puede ser otro que la violencia que desde hace tiempo desangra este territorio y nos toca decir que en estos momentos en zonas como la de los municipios de Roberto Payán, Magüí y Barbacoas, se vive uno de los desplazamientos más grandes de Colombia, al lado de Ituango, en el departamento de Antioquia, con cerca de 5 hombres, mujeres y, dolorosamente, muchos niños, desarraigados brutalmente de sus hogares a consecuencia de los enfrentamientos de los grupos armados ilegales que imponen su ley en esas regiones de nuestro departamento de Nariño.
Ahora, para completar el oscuro panorama, en las últimas horas nos llegaron informes en torno a la circulación de panfletos, donde se amenaza de muerte a los alcaldes, como ocurre con el mandatario municipal de Magüí, al igual que a diferentes funcionarios de las administraciones regionales a quienes se menciona con su nombre y apellido, dando lugar a un ambiente de pánico y terror.
«La situación de nuestra costa es delicada, bastante grave, por lo que es la obligación del Gobierno Nacional tomar cartas en el asunto, puesto que los asesinatos, desplazamientos, desapariciones y combates están a la orden del día, en medio de los paisajes hermosos de una región que merece un mejor destino».
Se trata de una situación insostenible, en la que por lo que se puede ver, todo indica que las organizaciones delincuenciales son las que mandan y deciden, en detrimento especialmente de la población rural, por lo que muchos de los alcaldes costeros también son víctimas de desplazamientos, puesto que se han visto obligados a despachar desde otras ciudades, como Pasto, ante el riesgo que corren sus vidas al acudir a sus despachos.
Esas amenazas que ahora se unen a los desplazamientos que se viven en la región desde hace casi dos meses, son de mucha gravedad, máxime en las actuales circunstancias, cuando hoy estamos a escasos 7 meses de las elecciones legislativas para el Senado y la Cámara de Representantes.
Lo delicado de todo este asunto es que hace pocas semanas, a raíz precisamente de los desplazamientos en el sector de Roberto Payán, el ministro de Defensa Diego Molano estuvo en Tumaco, donde anunció el fortalecimiento en la presencia de la fuerza pública, así como acciones de tipo social, para enfrentar las acciones de los violentos.
En ese sentido consideramos la ayuda social del Estado como primordial para empezar a enfrentar esta tremenda situación, ya que para nadie es un secreto que en nuestra costa el desempleo cunde por doquier y paradójicamente la mayoría de las fuentes de trabajo, están relacionadas con el narcotráfico o con la minería ilegal, lo que explica el alto número de jóvenes que no tienen otra alternativa que involucrarse en estas ilícitas actividades.
Sin embargo, las noticias que provienen de los sectores afectados, aunque señalan que sí ha habido un aumento en las unidades militares, el mismo no ha sido suficiente para evitar que los grupos ilegales que se han apoderado de la región, sigan haciendo de las suyas y sean permanentes protagonistas de sangrientos enfrentamos en la disputa de territorio para actividades del narcotráfico.
La situación de nuestra costa es delicada; bastante grave, por lo que es la obligación del Gobierno Nacional tomar ya cartas en el asunto, puesto que los asesinatos, desplazamientos, desapariciones y combates, están a la orden del día, en medio de los paisajes hermosos de una región que merece un mejor destino.

