“Nos recordaba (y a si mismo) muchas veces a lo largo de los años que Tolstoi, Proust y Borges nunca ganaron el premio Nobel de Literatura, ni tampoco tres de sus escritores favoritos: Virginia Woolf, Juan Rulfo y Graham Greene. A menudo le parecía que el éxito no era algo que hubiera conseguido sino algo que le había sucedido. Nunca releía sus libros (aunque lo hizo muchas veces muy tarde en la vida, cuando su memoria se estaba desapareciendo) por temor a encontrarlos vergonzosamente deficientes y a que eso paralizara su creatividad”.
Tomado de: “Gabo y Mercedes: Una despedida” pág. 31 de Rodrigo García
Ya estamos en el mes de agosto, es decir que, hemos logrado cruzar con éxito el umbral del corriente 2021, por tal motivo es momento de empezar a escoger el mejor libro del año. En lo personal, sin duda, este título se lo lleva “Gabo y Mercedes: Una despedida”, un libro escrito por Rodrigo García (Hijo de Gabo), en el que nos narra de una manera cruda cómo vivió esos últimos años una de las mentes más importantes que ha parido Colombia.
«Despedirse de nuestros padres es una de las ceremonias más dolorosas y al mismo tiempo más inconscientes que nos toca vivir, el tiempo guarda y rescata para curarnos de esa enfermedad que es la pertenencia de ese dolor».
El libro aborda un tema difícil, pero inevitable: la muerte que se avecina de un ser querido. Es un recorrido desde la intimidad, cuenta vivencias únicas de la vida de un padre famoso desde la visión única de un hijo (guiño al “Olvido que seremos” de Héctor Abad). El escrito llega a ser un bálsamo o catarsis para eliminar esos recuerdos que se quedan petrificados en nuestras mentes.
Despedirse de nuestros padres es una de las ceremonias más dolorosas y al mismo tiempo más inconscientes que nos toca vivir, el tiempo guarda y rescata para curarnos de esa enfermedad que es la pertenencia y de ese dolor, que jamás dejaremos atrás; pero esta vez con dulzura.
***
Adenda: Ver a Lionel Messi llorando con una servilleta de papel el domingo pasado, tiene una connotación bastante simbólica. El primer contrato de Messi (su primera unión con el equipo), se hizo en una servilleta. Llegó con su nombre escrito siendo un don nadie y se va en llanto con el mismo tipo de papel, pero siendo el mejor de toda la historia.
Por: Nicolás Escobar Bejarano

