El presidente Gustavo Petro reaccionó con dureza a un reportaje publicado por The New York Times que documenta las consecuencias de una ofensiva militar aérea de Estados Unidos en el Caribe, ordenada durante el gobierno de Donald Trump, y que habría dejado embarcaciones civiles destruidas, cuerpos humanos y restos de paquetes con marihuana en la costa de La Guajira, en aguas disputadas entre Colombia y Venezuela.
Según el mandatario, los hallazgos del reportaje confirman que varias de las lanchas atacadas no transportaban cocaína sino cannabis, lo que, a su juicio, evidencia una contradicción profunda en la política antidrogas estadounidense: mientras en buena parte de EE. UU. la marihuana es legal, su ejército estaría bombardeando y matando personas pobres en el Caribe bajo la acusación de narcotráfico, sin pruebas concluyentes.
Lo que reveló el New York Times
La investigación del diario neoyorquino se basó en evidencias físicas encontradas por pescadores wayúu en la península de La Guajira. El mar devolvió:
- Una lancha calcinada de aproximadamente 30 metros,
- Dos cuerpos humanos,
- Decenas de paquetes carbonizados cuyos residuos “parecían y olían a marihuana”.
El Times subraya que no existe evidencia que demuestre que esas embarcaciones transportaban drogas ilícitas o pertenecieran a redes criminales. El ataque específico reconstruido ocurrió el 6 de noviembre, y fue documentado inicialmente por un video grabado por una residente de Puerto López, donde se observa una gran nube de humo elevándose desde el mar tras el impacto.
Peritos colombianos confirmaron posteriormente que los dos cuerpos recuperados fueron trasladados a Medicina Legal en Barranquilla, cinco semanas después del ataque. Para el periódico, estos restos constituyen la primera evidencia verificable en tierra de una campaña aérea que, según sus datos, habría destruido al menos 29 embarcaciones y causado más de 100 muertes tanto en el Caribe como en el Pacífico.
El reportaje también señala que el Ejército de Estados Unidos no ha presentado pruebas de narcotráfico en ninguna de estas operaciones, reforzando las denuncias de organismos de derechos humanos, que califican estos hechos como violaciones al derecho internacional y posibles ejecuciones extrajudiciales.
La respuesta de Petro: “El cannabis es el atacado ilegítimamente”
Frente a estas revelaciones, el presidente Petro afirmó que la ofensiva estadounidense se ha convertido en una seguidilla de ejecuciones extrajudiciales contra embarcaciones civiles, señaladas arbitrariamente como narcotraficantes. En un mensaje publicado en X, sostuvo que la política de Trump fue errada, incoherente y letal, especialmente porque se enfoca en lanchas artesanales de pescadores pobres, mientras las grandes rutas del narcotráfico permanecen intactas.
Petro remarcó que la cocaína que va hacia Europa se transporta por submarinos y contenedores, no en pequeñas lanchas, y que, paradójicamente, el producto que estaría siendo atacado es el cannabis, una sustancia legal en muchos estados de EE. UU.
“El cannabis es el atacado ilegítimamente”, afirmó el mandatario, denunciando que estas acciones no afectan a consumidores en el norte global, pero sí cobran la vida de comunidades humildes del Caribe, que ya sufren los efectos del abandono estatal y la estigmatización.
Política antidrogas, soberanía y sustitución de cultivos
El presidente aprovechó el pronunciamiento para reiterar su postura crítica frente a la guerra contra las drogas y defender la necesidad de replantear la política global antidrogas, orientándola hacia la sustitución de cultivos, el control territorial y el desarrollo social, en lugar de la represión militar sin debido proceso.
En ese marco, amplió su análisis al Catatumbo, donde emplazó al ELN y al Frente 33 a decidir si continúan disputándose la economía de la cocaína o apuestan por la paz. Señaló que la sobreproducción de hoja de coca ha desplomado los precios, haciendo que hoy resulten más rentables otras economías ilegales, como el cannabis y el oro ilícito.
Petro afirmó que el Ejército colombiano debe priorizar la sustitución de cultivos, asumir control efectivo del territorio y romper con la lógica de la “represión importada”, que solo reproduce violencia y pobreza.
Crítica al Congreso por no legalizar la marihuana
Finalmente, el presidente cuestionó duramente al Congreso de la República por no haber aprobado el proyecto de legalización de la marihuana en Colombia, iniciativa que se hundió por un solo voto. A su juicio, esa decisión ha tenido consecuencias trágicas, ya que mantiene a miles de personas en la ilegalidad y expuestas a la violencia.
“El Congreso de Colombia no debió permitir su ilegalidad (…) ese voto ha quitado la vida de muchos lancheros humildes, y a ningún consumidor estadounidense ni del mundo”, afirmó.
Un mensaje político de fondo
En conjunto, la reacción presidencial conecta el reportaje del New York Times con una crítica estructural a la política antidrogas estadounidense, una defensa de la soberanía colombiana, y un llamado a proteger a las comunidades costeras frente a acciones militares extranjeras que, según el Gobierno, violan el derecho internacional y castigan a los más pobres.

