Refuerzo militar en el Catatumbo: más de 700 personas desplazadas por combates entre ELN y disidencias Farc

El Gobierno nacional, bajo la administración del presidente Gustavo Petro, reforzó de manera significativa las operaciones militares y aéreas en la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, como respuesta a los enfrentamientos armados entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del frente 33 de las Farc. Esta confrontación entre grupos armados ilegales ha generado una grave crisis humanitaria, con más de 700 personas desplazadas y un número similar de habitantes que permanecen confinados para proteger su vida en medio de la violencia.

El ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, informó que el Estado desplegó un refuerzo integral de la Fuerza Pública con el objetivo de contener las acciones criminales y proteger a las comunidades afectadas. Entre las medidas adoptadas se encuentran el aumento de reconocimientos aéreos, el apoyo de fuegos del Ejército y operaciones coordinadas entre las distintas ramas de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional. Según el funcionario, estas acciones responden al deber constitucional del Estado de preservar el control territorial, garantizar la seguridad de la población civil y actuar con legalidad, firmeza y respeto por la vida.

De acuerdo con el ministro, el fortalecimiento de la presencia militar ha permitido mantener habilitadas las vías principales, secundarias y terciarias de la región, evitando bloqueos o restricciones que afecten la movilidad, el abastecimiento y la atención a las comunidades. Este control de corredores estratégicos es clave para mitigar el impacto del conflicto armado y facilitar la acción institucional en el territorio.

En el mismo pronunciamiento, el ministro Sánchez aprovechó para dar la bienvenida a la nueva cúpula militar designada por el presidente Petro, resaltando la trayectoria, experiencia y compromiso de los generales y almirantes nombrados para enfrentar los desafíos actuales en materia de seguridad y defensa. Subrayó que el nuevo alto mando trabajará de manera permanente en dos prioridades fundamentales: la seguridad y la democracia.

En el frente de seguridad, el Ministerio de Defensa fijó como objetivos centrales el debilitamiento de las economías ilegales —como el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando— y de los actores criminales que las sostienen, así como la consolidación del control territorial en las zonas priorizadas. Además, se busca reducir de manera sostenida delitos graves como el homicidio, la extorsión, el secuestro, el reclutamiento de menores, el desplazamiento forzado y el confinamiento de comunidades, entre otras conductas que afectan la vida, las libertades y la convivencia ciudadana.

En cuanto a la democracia, el ministro enfatizó que la Fuerza Pública tiene la misión de garantizar elecciones libres, seguras y transparentes en todo el territorio nacional, en cumplimiento de la Constitución y la ley. Este esfuerzo se enmarca en lo que la Procuraduría General de la Nación ha denominado “paz electoral”, un concepto orientado a asegurar que los procesos democráticos se desarrollen sin presiones ni violencia armada.

El mensaje del Gobierno concluye con un llamado a la unidad y a la resiliencia del país frente a la adversidad. Según el ministro de Defensa, con el trabajo conjunto entre el Estado y la ciudadanía, Colombia puede superar los desafíos de seguridad y fortalecer tanto el orden público como la democracia, reafirmando que el país no se doblega ante la violencia y se hace más fuerte frente a las dificultades.