Introducción:
Cartagena de Indias implementó la prohibición definitiva de los coches tirados por caballos en el centro histórico, poniendo fin a una tradición centenaria que había sido cuestionada durante años por activistas de derechos animales y organizaciones internacionales de protección.
La medida responde a denuncias reiteradas sobre maltrato animal, condiciones extremas de trabajo para los equinos bajo el sol caribeño intenso y accidentes que involucraban tanto a los animales como a turistas. Las autoridades districtales ofrecieron programas de reconversión laboral para los cocheros afectados, incluyendo capacitaciones en turismo sostenible y alternativas de movilidad eléctrica que buscan preservar la experiencia turística sin comprometer el bienestar animal.
La decisión generó reacciones mixtas entre residentes y trabajadores del sector, quienes argumentan que los coches de caballos eran parte integral de la identidad histórica de la ciudad amurallada. Sin embargo, defensores de la prohibición celebran el avance como una victoria del progreso y la conciencia social, posicionando a Cartagena como un destino turístico responsable que prioriza el trato ético hacia los animales en consonancia con estándares internacionales modernos de bienestar.

