NO MÁS VIOLENCIA DE GÉNERO

Por: Nilsa Villota

Hombres y mujeres, así nos hizo Dios: dos seres humanos distintos, pero capaces de complementarse con una armonía maravillosa. Y quizás el ejemplo más grande de fortaleza femenina sea ese milagro silencioso en el que la mujer permite que la vida se geste dentro de ella. Sin embargo, en el diario vivir de nuestra sociedad, la violencia de género se ha vuelto un titular permanente. Son incontables las noticias de hombres que agreden psicológica y físicamente a sus parejas. Es tan grave esta realidad que muchos casos terminan en desenlaces fatales, convirtiéndose en feminicidios. Qué tristeza que aún existan hombres subdesarrollados intelectual, espiritual, moral y éticamente, capaces de abusar, violar, golpear y hasta arrebatar la vida a una mujer; hombres que ejercen violencia vicaria y humillaciones, creyendo que somos objetos que les pertenecen. Y no, eso jamás ha sido así.

Han pasado años de luchas constantes en las que las mujeres hemos tenido que abrirnos camino para que la sociedad reconozca nuestros derechos: estudiar, trabajar, divertirnos, vivir en libertad y decidir por nosotras mismas. Todo esto es fruto de las mujeres de antes, esas berracas —como decimos en nuestra tierra— que se plantaron con carácter para defender su criterio y reclamar la igualdad que tanto anhelaban. Y también es fruto de las luchas de hoy, las que damos todas y cada una desde nuestros espacios, ya sea como profesionales o simplemente como mujeres que construyen sociedad. Es triste que, pese al avance, a la modernidad y a la cantidad de leyes que hoy nos protegen, sigamos enfrentando feminicidios, violencia sexual, psicológica, económica, física y hasta política.

Está fallando la sociedad. Está fallando la educación en casa. Están fallando las rutas de atención que deberían proteger la vida de las mujeres. Está fallando el sistema judicial cuando no administra justicia. Y fallamos todos cuando callamos o hacemos como si no pasara nada frente al maltrato. Hoy, ante lo que lamentablemente sucede a diario, debemos convertirnos en parte activa de la solución. Es el momento de articularnos como sociedad y encender las alarmas para evitar muertes y atropellos contra la dignidad de nosotras, las MUJERES. Por eso, invito a denunciar: si me grita, si me humilla, si me amenaza, si me maltrata emocional o físicamente, la situación ya no depende solo de mí; por eso, hay que denunciar.

Tengamos presente que, si educamos a un niño, formamos a un buen hombre; pero si educamos y protegemos a una niña, construimos familia y, con ello, sociedad.

¡NO ESTÁS SOLA! Activa las Rutas de Atención Inmediatas

Si eres víctima de violencias basadas en género recuerda que hay líneas de atención que están contigo para brindarte Asesoría inmediata y gratuita.

Dupla Violeta – Líneas de atención (Nariño):31782039233007473482

A nivel nacional, marca gratis a la Línea 155, una línea de orientación a mujeres víctimas de violencia de género.

¡Tu vida y seguridad son lo más importante!