Por: Jorge Arturo Bravo
Son muchas las campañas contra el mal uso de la pólvora que, a nivel municipal y departamental se realizan por los diferentes medios de comunicación, radio, prensa y televisión, campañas que obviamente no son gratuitas, por el contrario son costosas, con el único propósito de evitar que en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo resulten personas quemadas y siga Nariño ocupando los primeros puestos a nivel nacional por el número de víctimas por el mal uso de este elemento tan nocivo para la salud.
Escuchamos con mucho entusiasmo y optimismo, tanto al señor alcalde Nicolás Martin Toro Muñoz como al señor gobernador Luis Alfonso Escobar, en los actos de lanzamientos de estas campañas; nosotros por los diferentes medios de comunicación que manejamos las aplaudimos, las apoyamos y les auguramos éxitos, y también ponemos todo lo que está a nuestro alcance para poyar estas campañas, pero lastimosamente como en años anteriores, los resultados siguen siendo negativos, y concluimos afirmando que las campañas no alcanzan los objetivos propuestos y de hecho serán otro fracaso más
Y no servirán para nada, como lo vimos en la noche de las velitas, del pasado domingo, donde hubo barrios como Las Lajas Arnulfo Guerreo, Canchala, Villa Flor, no fue la excepción, la que se escuchó desde las horas de la tarde, mientras las autoridades de Policía, especialmente, no se pongan serios y ¡carajo! cumplan con las funciones a ellos encomendadas.
Pero la responsabilidad no es solo de la Policía, no, es de todos, especialmente de nosotros mismos, pues es cuestión de cultura ciudadana; también de los presidentes de las JAC, de los “tan cacareados” veedores, que algunos solo sirven para “joder” al alcalde, que ayuden a que no haya uso de pólvora, en su barrio, en su manzana, etc.
Todos estamos comprometidos, lo digo una vez más, pero es la policía, por su rango, la principal responsable del fracaso o éxito de estas campañas, pues se parecen a “mis perritas” que oyen la pólvora y corren a esconderse., y digo esto porque no se la ve por nigua lado, pues, como decía mi abuelita “ni pa´ remedio”., por eso los polvoreros hacen los que quieren. Que lo que sucedió la noche de las velitas, no se repita ni el 24 ni el 31 de diciembre.

