Atlético Nacional cerró la temporada 2025 con un triunfo que quedará marcado en la memoria de su hinchada y que reafirma su hegemonía en el fútbol colombiano.
En un Atanasio Girardot colmado y cargado de tensión, el conjunto verdolaga se impuso por 1-0 a Independiente Medellín en el partido de vuelta de la gran final y se proclamó campeón de la Copa Colombia, luego de una serie que había quedado abierta tras el empate sin goles en el compromiso de ida.
La final, como suele ocurrir en los clásicos, se disputó más con el corazón que con la cabeza, especialmente en los primeros minutos. Medellín, que actuó como local en el duelo definitivo, asumió desde el pitazo inicial la iniciativa del juego.
Con Jarlan Barrera como principal generador de fútbol, el equipo rojo intentó adueñarse de la posesión y construir ataques elaborados desde la mitad de la cancha. Sin embargo, ese dominio territorial no se tradujo en profundidad ni en opciones claras de gol, evidenciando dificultades para romper el orden defensivo de su rival.
Estrategias
Atlético Nacional, por su parte, mostró una postura más calculadora y efectiva. Con líneas compactas, orden táctico y una clara idea de juego, el equipo verdolaga supo esperar su momento. Sin desesperarse por el balón, apostó a la paciencia y a la verticalidad cada vez que encontraba espacios para atacar, una estrategia que terminaría siendo decisiva en el desarrollo del partido.
El quiebre del compromiso llegó temprano y cambió por completo el panorama de la final. A los 11 minutos, una notable acción colectiva de Nacional, que comenzó por el sector derecho y se trasladó con rapidez hacia la banda contraria, culminó en los pies de Andrés Román. El lateral recibió en velocidad, controló con precisión y sacó un remate certero que dejó sin opciones al arquero Washington Aguerre.
El gol no solo puso en ventaja a Nacional, sino que también golpeó el ánimo de Medellín, que quedó obligado a remar contra la corriente durante más de 80 minutos.
Acciones
A partir de ese momento, el clásico se tornó intenso y trabado. Medellín tuvo mayor posesión del balón y adelantó sus líneas, pero su dominio fue estéril. El equipo rojo avanzó metros y se instaló con mayor frecuencia en campo contrario, aunque sin claridad en los últimos metros ni sorpresa para desequilibrar.
En ese contexto, Camilo Cándido se erigió como una de las figuras del primer tiempo. El lateral uruguayo participó activamente en la jugada del gol y generó otra oportunidad clara dentro del área rival, que no logró concretar.
En el complemento, a los 63 minutos, Nacional estuvo muy cerca de liquidar la serie con un potente remate de Zapata que se estrelló en el vertical derecho del arco, tras una asistencia filtrada de Alfredo Morelos.
Con el paso de los minutos, la urgencia del DIM se hizo evidente, aunque no así su producción ofensiva. David Ospina fue prácticamente un espectador durante gran parte del segundo tiempo, un reflejo de las dificultades del Medellín para convertir la posesión en peligro real. En el tramo final, los centros al área y los intentos por vía aérea aparecieron como último recurso, pero sin la claridad ni la contundencia necesarias para quebrar la sólida resistencia defensiva de Nacional.
Cuando Wilmar Roldán señaló el final del encuentro, el marcador se mantuvo inalterado y desató la celebración verdolaga. Atlético Nacional se quedó con la serie y se consagró tricampeón de la Copa Colombia, tras levantar el trofeo en 2023, 2024 y ahora en 2025. Además, alcanzó su octavo título en esta competencia, ratificando su condición de uno de los clubes más ganadores y dominantes del fútbol colombiano.

