DICIEMBRE, UN SALVAVIDAS COMERCIAL

Con la llegada de diciembre, Pasto y el departamento de Nariño se transforman, como cada año, en un escenario vibrante donde confluyen la tradición, la cultura y, de manera muy significativa, la actividad económica.

La temporada navideña y la antesala del Carnaval de Negros y Blancos constituyen una ventana de oportunidad invaluable para miles de comerciantes, emprendedores y familias cuyo sustento depende directamente del movimiento comercial de estas fechas. Para muchos de ellos, estos eventos no representan simplemente un incremento en ventas, sino la gran esperanza que permite equilibrar un año difícil y proyectar un comienzo alentador para el siguiente.

En un contexto marcado por fluctuaciones económicas, la recuperación lenta de algunos sectores y la competencia creciente, diciembre se convierte en un verdadero salvavidas. Las calles se llenan de visitantes locales, turistas nacionales y extranjeros que impulsan el consumo en prácticamente todos los sectores: desde el comercio formal hasta los pequeños vendedores ambulantes. Las tiendas de ropa, los restaurantes, las cafeterías, las papelerías, los almacenes de artesanías, las fiambrerías y locales de tecnología experimentan una revitalización que, en muchos casos, marca la diferencia entre sobrevivir y cerrar.

La Navidad trae consigo un dinamismo particular: compras de regalos, decoración, alimentos, reuniones familiares y pagos de primas que estimulan el consumo. Los comerciantes reportan tradicionalmente que este mes llega a representar entre el 20 %, por lo bajo  y el 40 %  y  hasta el 50% de sus ingresos anuales, lo que evidencia la importancia crítica del periodo. Pero este año, con una economía que ha mostrado altibajos, la expectativa se multiplica; los empresarios locales ven en diciembre una oportunidad para compensar meses de ventas modestas.

Sin embargo, la verdadera explosión económica ocurre con la cercanía del Carnaval de Negros y Blancos, patrimonio cultural de la humanidad y motor turístico sin comparación en la región. El flujo de visitantes genera un impacto directo en hoteles, transporte, gastronomía y comercio local, pero también un impacto indirecto en proveedores, artistas, artesanos, maquilladores, músicos y toda la cadena creativa que hace posible la fiesta. Las verbenas, los conciertos, las comparsas y el desfile magno atraen a miles de personas que, al mismo tiempo, consumen productos regionales, contratan servicios y dinamizan la economía desde múltiples frentes.

Para Pasto y Nariño, estos eventos representan más que entretenimiento: son una inyección financiera estratégica que permite a los negocios recuperar liquidez, invertir en inventarios, ponerse al día con obligaciones y planear el crecimiento del año entrante. Cada compra que realiza un visitante durante estas festividades contribuye a fortalecer la economía local y a sostener el empleo de miles de familias.

Pero este renacer económico también implica grandes desafíos. Los comerciantes deben prepararse con inventarios adecuados, estrategias de atención al cliente, horarios ampliados y, sobre todo, con una oferta competitiva que destaque frente a la creciente presencia de ventas por internet y grandes cadenas. Asimismo, las autoridades deben acompañar el proceso con seguridad, movilidad adecuada y promoción turística que atraiga un mayor número de visitantes.

A pesar de los retos, es innegable que diciembre y las festividades de enero representan la más sólida esperanza para el comercio de Pasto y Nariño. Son un recordatorio de que la cultura, cuando se protege y se celebra, no solo alimenta el espíritu, sino que también impulsa el desarrollo económico de toda una región. Hoy, más que nunca, estas celebraciones se convierten en un símbolo de resiliencia y prosperidad para un territorio que encuentra en su identidad y tradición la fuerza para seguir avanzando.

La invitación es clara: apoyar lo nuestro, comprar local y valorar el esfuerzo de los comerciantes que, con dedicación y optimismo, siguen apostándole a una economía que renace al ritmo de las luces navideñas y al color del Carnaval.