Los gobiernos de Brasil y México manifestaron este jueves su disposición a actuar como mediadores ante el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, con el objetivo de evitar una escalada que derive en un conflicto armado. Ambos países coincidieron en la necesidad de preservar a América del Sur como una región libre de guerras.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, subrayó que su iniciativa busca impedir cualquier enfrentamiento bélico en el continente. “Sudamérica debe seguir siendo una zona de paz”, afirmó, al explicar que ha mantenido contactos recientes tanto con el presidente estadounidense, Donald Trump, como con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. En esas conversaciones, Lula insistió en que las diferencias deben resolverse a través del diálogo y no mediante la fuerza.
El mandatario brasileño aseguró haber transmitido a Trump la importancia de mantener la estabilidad regional y se mostró dispuesto a dialogar no solo con Venezuela, sino también con otros países, para frenar cualquier intento de confrontación armada. Aunque reconoció no tener claro el origen exacto de las tensiones —ya sea por intereses energéticos, minerales estratégicos o cuestiones políticas internas—, enfatizó que lo prioritario es evitar un aumento de las hostilidades.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó que su Gobierno está abierto a impulsar esfuerzos diplomáticos, incluso convocando a países de América y de otras regiones, para encontrar una salida pacífica a cualquier crisis que involucre a Venezuela. Durante su conferencia matutina, defendió que esta postura responde tanto a principios históricos de la política exterior mexicana como a lo establecido en la Constitución.
Sheinbaum reiteró el rechazo de México a cualquier tipo de intervención y defendió los mecanismos multilaterales, en particular los de Naciones Unidas, como la vía adecuada para resolver disputas internacionales. No obstante, reconoció que hasta el momento su país no ha recibido solicitudes formales para liderar iniciativas de mediación ni ha iniciado contactos diplomáticos específicos con otros gobiernos en ese sentido.

