DE REINADOS Y OTROS DEMONIOS

Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera

En los últimos días, en la ciudad de Pasto se está evidenciando una afección muy fuerte. Me refiero a la enfermedad de los reinados de belleza y de la simpatía. Reinados que, sin ton ni son, se han comenzado a impulsar desde diferentes secretarías de la Administración Municipal de Pasto y que realmente no llevan a absolutamente nada distinto que a un despilfarro del erario público.

Cuando el Concejo Municipal aprueba un presupuesto a finales de cada año, se espera que este tenga un sustento claro y que evidencie que los gastos que realizará la administración realmente van a suplir las necesidades que tiene el municipio. Sin embargo, en los últimos meses viene haciendo carrera la reinaditis: diferentes encuentros, tanto en la zona rural como en la urbana, que otorgan coronas y reconocimientos a diestra y siniestra. Y aquí surge una pregunta necesaria: ¿de dónde sale el dinero para hacer estos eventos y estos reconocimientos?

Desconozco si el Cabildo Municipal aprobó rubros para realizar reinados. Si lo hizo, creo que está cometiendo un grave error, porque en vez de evolucionar, involuciona. Estamos en pleno siglo XXI, en el año 2025. Ya hemos superado hace muchísimo tiempo este tipo de eventos que buscan favorecer un perfil de “señorita” construido sobre estereotipos que, otrora, eran aceptados por la ciudadanía. Esa visión cambió, nos encontramos en otra época: una en la que se debería premiar el intelecto, el conocimiento y la preparación… precisamente lo que menos vemos en los reinados que están apareciendo en nuestro municipio. Pero, ¿qué se le puede pedir a la Administración Municipal cuando impulsa, por ejemplo, reinados del carnaval en los que muchas participantes desconocen el verdadero sentido de nuestras fiestas?

El Carnaval de Negros y Blancos busca mantener viva una manifestación cultural que, a pesar de todo, sigue resistiendo a las nefastas manos en las que ha caído la organización de nuestro patrimonio inmaterial de la humanidad. Señor Alcalde, no estamos para reinados. Estamos para enfrentar los problemas reales que tiene el municipio: seguridad, “ollas” de expendio que pululan en los barrios y que mantienen vivo el negocio de estupefacientes; el incremento desproporcionado de vendedores ambulantes que se han tomado diferentes espacios de la ciudad, problema para el cual su administración se comprometió a buscar una salida. Sin embargo, nada de esto se ha logrado y ya estamos culminando el 2025. Entonces, ¿a qué estamos jugando?

En medio de tanta reino, competencia y simpatía no se encuentra el verdadero saber gobernar. Esto no es pan y circo. Esto es un municipio que crece a pasos agigantados y que necesita decisiones acertadas, no populistas, aterrizadas a las realidades de San Juan de Pasto. Señor Alcalde, es hora de revisar qué tipo de secretarios y asesores lo rodean. No permita que opaquen su buen trabajo personas que, al parecer, buscan favorecerse particularmente bajo la sombrilla del erario del municipio para después salir fortalecidos para unos venideros comicios regionales.

El liderazgo social y comunitario no se mide solo en actos populistas, en regalitos, celebraciones sectorizadas o publicaciones en redes sociales en donde se aparenta trabajo, cuando todo mundo sabe que, es una fachada alejada de la realidad. Al líder se lo mide con hechos reales en favor de la comunidad, sin esperar dadivas o aplausos, porque ese es el sentido del servidor público, trabajar por la comunidad.