Para Juan Daniel Oviedo, aspirante a la Presidencia de la República, los riesgos fiscales y económicos que enfrenta Colombia son una realidad ineludible. Tras su paso por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y la experiencia que le dejó su candidatura a la Alcaldía de Bogotá, Oviedo se ha consolidado como una de las voces más visibles del debate económico y político nacional.
Desde hace varios meses, el exdirector del Dane viene trabajando en su proyecto presidencial en medio de un panorama complejo, marcado por desafíos fiscales, baja inversión y altos niveles de informalidad. En diálogo con Portafolio, Oviedo reconoció que la economía colombiana ha mostrado resultados mejores de lo previsto, pero advirtió que el país no puede perder de vista problemas estructurales que siguen sin resolverse.
Según el aspirante, el foco económico debe mantenerse en frentes como la informalidad laboral, los riesgos fiscales y la urgencia de crear nuevas fuentes de ingreso para el Estado, más allá de los indicadores coyunturales que hoy generan una sensación de optimismo.
Una economía con señales contradictorias
Al referirse a su visión de la economía, Oviedo señaló que el país atraviesa una contradicción evidente. Por un lado, se registra un crecimiento acelerado del consumo, acompañado de una inflación relativamente contenida en alimentos y productos básicos, como el huevo, lo que ha generado una percepción positiva entre los ciudadanos.
Sin embargo, explicó que este desempeño, impulsado principalmente por el consumo privado y respaldado por el gasto público, crea un “optimismo oportunista” que no necesariamente refleja una mejora estructural de la economía. A su juicio, el Gobierno ha asumido como propios estos resultados, pese a que no obedecen a políticas económicas claras implementadas en los últimos años.
Riesgos estructurales que no pueden ignorarse
Oviedo advirtió que detrás de estas cifras existen amenazas económicas de fondo que requieren atención inmediata. Una de ellas es el deterioro de la inversión, que hoy se encuentra en niveles históricamente bajos.
“Este crecimiento apalancado en el consumo sacrifica de manera grave la inversión. Estamos en niveles que se cuentan entre los más bajos de los últimos 70 años”, señaló. A ello se suma, según explicó, el debilitamiento de las exportaciones mineroenergéticas, un factor que limita el crecimiento sostenible de la economía y reduce el margen fiscal del país.
En este contexto, el exdirector del Dane insistió en que Colombia debe centrar su estrategia económica en aquello que hoy permanece invisible: la informalidad, la productividad y la diversificación de las fuentes de crecimiento, si quiere evitar mayores desequilibrios en el mediano y largo plazo.

