Heroísmo en el abismo: el inspirador relato de David Rúa tras la tragedia del bus en Antioquia

En la madrugada del 14 de diciembre de 2025, una tragedia vial marcó profundamente al departamento de Antioquia y a Colombia: un bus que transportaba a un grupo de estudiantes egresados del Liceo Antioqueño de Bello, regresando de una excursión de grado desde Tolú y Coveñas, cayó por un abismo de cerca de 40 metros de profundidad en la vía que conecta Segovia y Remedios, en el Nordeste antioqueño. El siniestro dejó como saldo 17 personas fallecidas —16 de ellas estudiantes y el conductor— y más de 20 heridos, varios de ellos con lesiones de diversa gravedad, que fueron atendidos en centros médicos de Remedios, Segovia, Medellín y Bello.

Entre los sobrevivientes hay un joven cuyo relato ha conmovido al país: David Rúa Vallejo, estudiante de entre 16 y 18 años según distintas versiones y uno de los primeros en reaccionar tras el accidente. David se encontraba dormido cuando el bus perdió el control y se precipitó por el abismo. Fue el estruendo y el temblor del impacto los que lo despertaron, instante en el que sintió cómo el vehículo daba vueltas, golpeándolo mientras intentaba protegerse instintivamente debajo de su asiento.

Al abrir los ojos, David se encontró con una escena devastadora: oscuridad, restos del bus y, sobre todo, gritos de auxilio de sus compañeros atrapados o heridos alrededor. Aunque golpeado, pudo moverse y salió por sus propios medios hacia la superficie del lugar del accidente. En medio del caos, sintió que debía actuar: no podía dejar que el horror se convirtiera en un silencio total, así que se dedicó a auxiliar a quienes estaban cerca, moviéndolos a zonas más seguras y confortándolos mientras aguardaban ayuda.

La valentía de David no terminó ahí. Con lesiones menores pero con una clara determinación, emprendió una dura caminata cuesta arriba por más de una pendiente de 60 metros hasta alcanzar la carretera principal. Durante cerca de una hora intentó detener vehículos, sin éxito al principio, pues —como recordó más tarde— muchos pasaban junto al lugar sin detenerse. Finalmente, logró que una tractomula se detuviera, a cuyo conductor le pidió un teléfono para avisar a los familiares y a las autoridades sobre lo ocurrido. Ese mensaje activó rápidamente la respuesta de los organismos de emergencia.

El relato de David no solo detalla el momento del impacto y su reacción inmediata, sino que también ha puesto en evidencia otros aspectos en discusión: desde posibles fallas mecánicas reportadas antes del viaje —como problemas de batería, aire acondicionado y motor—, hasta versiones que señalan que el conductor podría haber experimentado un microsueño —aunque esa hipótesis aún no es oficial—. Estas cuestiones han sido parte de las investigaciones que adelantan las autoridades viales y judiciales para esclarecer las causas del accidente.

A pesar del dolor, la pérdida de amigos y la conmoción emocional, David ha compartido mensajes de esperanza y fe, subrayando que, incluso en medio de la tragedia, la solidaridad y la valentía pueden marcar la diferencia en momentos críticos. Su historia ha sido recogida por medios nacionales y se ha convertido en símbolo de coraje y humanidad en medio de uno de los accidentes viales más dolorosos para la comunidad estudiantil de Antioquia en los últimos años.