El presidente de Colombia, Gustavo Petro, reaccionó públicamente a la victoria electoral de José Antonio Kast en Chile, a quien calificó como un representante del ultraconservadurismo regional. A través de una serie de mensajes publicados en su cuenta de X, el mandatario expresó una profunda preocupación por lo que considera un avance de la extrema derecha en América Latina y un retroceso ideológico y simbólico para la región.
Petro comparó el triunfo de Kast con la eventual llegada al poder de figuras de línea dura en Colombia y Estados Unidos, como María Fernanda Cabal o Marco Rubio, advirtiendo que este tipo de resultados electorales reflejan el resurgimiento de corrientes políticas que él asocia con el fascismo. En ese sentido, lamentó el desenlace de las elecciones chilenas y afirmó que la victoria del nuevo presidente representa un quiebre con los procesos progresistas que habían ganado espacio en los últimos años en el continente.
El jefe de Estado colombiano hizo referencia a la historia reciente de Chile, marcada por la dictadura militar de Augusto Pinochet, y señaló que el país sudamericano no debería retroceder hacia modelos autoritarios. No obstante, Petro sostuvo que los tiempos actuales son distintos y manifestó su confianza en que un eventual “fascismo” no podría sostenerse por décadas como ocurrió en el pasado. En ese marco, expresó su esperanza en la resistencia democrática de la juventud chilena, a la que llamó a defender la vida, la libertad y los valores democráticos.
Durante sus mensajes, Petro evocó la figura del poeta chileno Pablo Neruda como símbolo de la cultura, la memoria y la resistencia. Relató una experiencia personal vivida cerca del lugar donde reposan los restos del Nobel de Literatura, frente al mar, describiéndolo como un espacio de felicidad, reflexión y acompañamiento espiritual. A partir de esa evocación, dirigió un mensaje a las juventudes chilenas, exhortándolas a “abrazar la vida” y a no dejarse arrastrar por discursos que, en su visión, se vinculan con la violencia y la exclusión.
El presidente también amplió su análisis al contexto regional y afirmó que existe un intento sistemático de acorralar a los gobiernos progresistas en América Latina. Como ejemplo, mencionó la situación de exmandatarios y líderes de izquierda en países como Bolivia y Perú, a quienes considera víctimas de una reacción de élites tradicionales que no aceptan la expresión del poder popular. Según Petro, este escenario busca aislar ideológicamente a los proyectos políticos de izquierda y frenar procesos de transformación social en la región.
En su mensaje final, el mandatario colombiano apeló a símbolos históricos y a la idea de una “Gran Colombia libertaria”, afirmando que los pueblos latinoamericanos han resistido siglos de opresión y que seguirán defendiendo la libertad frente a lo que denominó “liberticidas”. Con un tono emotivo y combativo, cerró su intervención reafirmando su compromiso con la resistencia democrática y la integración regional.
Por su parte, el nuevo presidente chileno, José Antonio Kast, obtuvo el 58 % de los votos frente al 42 % de la candidata de izquierda Jeannette Jara. Kast, abogado de 59 años, es conocido por sus posturas ultraconservadoras, su defensa del orden y la seguridad, y su discurso crítico frente a la migración irregular. Durante la campaña, prometió medidas estrictas en materia migratoria y de seguridad, lo que le permitió consolidar apoyo en amplios sectores del electorado.
Sin embargo, su figura genera controversia por su defensa abierta de la dictadura de Augusto Pinochet, un periodo marcado por graves violaciones a los derechos humanos, con miles de asesinados, desaparecidos y torturados. Declaraciones previas de Kast, en las que afirmó que Pinochet habría votado por él, reavivaron el debate sobre el legado autoritario en Chile y explican, en parte, las fuertes reacciones críticas desde sectores progresistas de la región, incluido el presidente Gustavo Petro.

