La tasa de divorcios en Colombia ha mostrado un crecimiento moderado en comparación con el año anterior, reflejando cambios profundos en la dinámica familiar y en la forma en que las parejas enfrentan los conflictos. Aunque el matrimonio sigue siendo una institución relevante en la sociedad colombiana, cada vez más personas optan por la separación legal como una salida ante relaciones insostenibles, marcadas por problemas de convivencia, infidelidad, dificultades económicas y diferencias irreconciliables.
Durante el último año, las notarías y juzgados de familia han registrado un mayor número de procesos de divorcio frente al periodo anterior. Este incremento no ha sido abrupto, pero sí constante, especialmente en las principales ciudades del país. Expertos señalan que factores como el aumento del costo de vida, el estrés laboral y las secuelas emocionales y económicas dejadas por años recientes de inestabilidad social han influido en el deterioro de muchas relaciones de pareja.
En comparación con el año pasado, también se evidencia una mayor normalización del divorcio dentro de la sociedad colombiana. Hoy existe menos estigmatización frente a la separación, lo que ha permitido que más personas decidan formalizar el fin de su relación en lugar de mantener vínculos conflictivos. Asimismo, los trámites más ágiles y el acceso a divorcios de mutuo acuerdo han facilitado este proceso, reduciendo tiempos y costos.
Este aumento en la tasa de divorcios plantea nuevos retos para el Estado y la sociedad, especialmente en lo relacionado con la protección de los derechos de los hijos, el acompañamiento psicológico y el fortalecimiento de políticas de orientación familiar. El comportamiento de esta cifra frente al año pasado no solo habla de rupturas sentimentales, sino también de una transformación en la manera en que los colombianos entienden la familia, la estabilidad emocional y el bienestar personal.

