El ambiente del fútbol nacional volvió a sacudirse luego de que el alcalde de Neiva denunciara públicamente el hermetismo de la Federación Colombiana de Fútbol frente a la situación del Atlético Huila. Según relató, la delegación municipal no solo fue recibida con indiferencia, sino que incluso se les cerraron las puertas, impidiéndose el acceso para discutir el futuro del club.
Aun así, afirmó que se mantiene firme en Bogotá porque “el futuro del Atlético Huila merece claridad, respeto y defensa”. Su presencia, insistió, no es protocolaria: responde a la urgencia de evitar decisiones tomadas sin consultar al territorio ni a la afición.
Llamado a la Dimayor
El mandatario hizo un llamado directo a la Dimayor, en cabeza de su presidente, y a todos los actores involucrados en el manejo del club. Su petición central es que se analice con seriedad la situación administrativa y deportiva del equipo, cuya incertidumbre mantiene en alerta a miles de hinchas.
“La gente merece saber qué están planeando. Neiva y el Huila no pueden perder a su club”, señaló, enfatizando que cualquier determinación debe pasar por la transparencia y el respeto hacia los seguidores.
Patrimonio deportivo
Para la administración municipal, el Atlético Huila es patrimonio del departamento y un símbolo que no puede ser manipulado desde escritorios ajenos al sentir regional. El alcalde reiteró que está dispuesto a dar la pelea institucional necesaria para garantizar la permanencia y estabilidad del equipo.
“El Huila no se queda callado. El Huila se respeta”, concluyó, dejando claro que la defensa del club será firme, pública y persistente.