Colombia vive un momento histórico en la producción de café especial. Pequeños caficultores de regiones como Nariño, Huila, Cauca y Tolima están logrando posicionar sus granos en mercados internacionales gracias a procesos diferenciados de cultivo, fermentación y tostión.
El café especial se caracteriza por su trazabilidad, perfiles sensoriales únicos y prácticas sostenibles. Muchos productores han dejado atrás la venta tradicional para trabajar con asociaciones, exportadores directos y marcas de café de autor.
Este cambio ha permitido mejores precios, reconocimiento internacional y una nueva valoración del trabajo campesino. Además, el café especial ha impulsado el turismo rural, con fincas que ahora ofrecen experiencias de cata y recorridos educativos.

