Demócratas divulgan fotos del archivo Epstein con Trump y Clinton

Legisladores demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos divulgaron una nueva serie de 19 fotografías atribuidas al archivo personal de Jeffrey Epstein, en las que aparecen figuras políticas y empresariales de alto perfil, entre ellas el actual presidente Donald Trump y el expresidente Bill Clinton. La publicación se produce en un momento de fuerte tensión política, cuando el Congreso fijó como fecha límite el 19 de diciembre para que el Departamento de Justicia (DOJ) haga públicos más documentos relacionados con la investigación federal sobre el financiero condenado por delitos sexuales.

Según los demócratas, la difusión de las imágenes busca reforzar la exigencia de mayor transparencia institucional y reabrir interrogantes sobre el alcance de las relaciones que Epstein mantuvo durante años con miembros de las élites políticas, económicas y culturales. No obstante, los propios legisladores reconocieron que las fotografías no tienen fecha conocida ni muestran conductas ilegales por sí mismas, sino que forman parte de un archivo histórico que, a su juicio, debe analizarse dentro de un contexto más amplio.

En el paquete de imágenes aparecen, además de Trump y Clinton, otras figuras públicas como el exasesor presidencial Steve Bannon, el exsecretario del Tesoro Larry Summers, el director de cine Woody Allen, el expríncipe británico Andrew Mountbatten-Windsor (conocido anteriormente como el príncipe Andrés), el empresario Bill Gates y el magnate Richard Branson. Para los demócratas, este conjunto de fotografías evidencia la amplitud de la red social de Epstein y refuerza la necesidad de que el Departamento de Justicia revele los expedientes completos del caso, con las reservas legales necesarias para proteger a víctimas y terceros.

La Casa Blanca reaccionó con dureza a la divulgación, acusando a los demócratas de realizar una publicación “selectiva” con fines políticos. Según la portavoz presidencial, Abigail Jackson, las imágenes fueron escogidas deliberadamente para “intentar crear una narrativa falsa” en torno al presidente Trump, y forman parte de lo que calificó como una estrategia recurrente de confrontación partidista. Desde el Ejecutivo insistieron en que la aparición de Trump en fotografías no prueba ningún delito ni implica responsabilidad penal alguna.

De las 19 imágenes difundidas, tres corresponden a Donald Trump. En una se le observa de pie junto a varias mujeres cuyos rostros fueron pixelados; en otra aparece conversando con una mujer mientras Epstein se ve al fondo; y en una tercera está sentado junto a una mujer cuya identidad también fue protegida. La Casa Blanca subrayó que estas fotografías ya habían circulado previamente y que su reedición no aporta elementos nuevos al caso.

En cuanto a Bill Clinton, una de las imágenes lo muestra junto a Epstein y Ghislaine Maxwell, expareja y colaboradora cercana del financiero, actualmente condenada a 20 años de prisión por tráfico sexual de menores y otros delitos. En esa fotografía aparecen además dos personas cuya identidad no fue identificada. Clinton, al igual que Trump, ha negado reiteradamente cualquier implicación en los crímenes de Epstein y no ha sido acusado formalmente.

El trasfondo del caso Epstein sigue generando controversia en Estados Unidos. El financiero fue condenado en 2008 por delitos sexuales, cumplió una pena reducida y evitó cargos más graves durante años. En 2019 fue detenido nuevamente y acusado de tráfico sexual de menores a nivel federal, pero murió en prisión preventiva en Nueva York, en un hecho que las autoridades calificaron oficialmente como suicidio. Desde entonces, persisten dudas públicas sobre su red de influencias y sobre la decisión de no divulgar completamente los archivos del caso.

En ese contexto, el Congreso estableció el 19 de diciembre como fecha límite para que el Departamento de Justicia publique más documentación relacionada con la investigación. La divulgación de las fotografías por parte de los demócratas se inscribe en esa presión política, mientras el Gobierno sostiene que se trata de una maniobra partidista que no prueba irregularidades y que distorsiona el debate público.

Así, el caso Epstein continúa siendo un foco de disputa entre el Congreso y la Casa Blanca, no solo por el contenido de los archivos, sino por lo que representa en términos de transparencia, responsabilidad institucional y uso político de la información en uno de los escándalos más sensibles de la historia reciente de Estados Unidos.