La temporada de diciembre ha evidenciado cambios climáticos significativos en comparación con el mismo periodo del año pasado, según reportes preliminares de entidades ambientales y percepciones de comunidades en distintas regiones del país. La variabilidad del clima, cada vez más evidente, ha dejado ver un comportamiento atípico tanto en lluvias como en temperaturas, acentuando la preocupación por los efectos del calentamiento global en el territorio colombiano.
Mientras que diciembre del año pasado estuvo dominado por condiciones más secas y temperaturas moderadas, este año la situación ha sido distinta. En varias zonas andinas se han registrado lluvias intermitentes fuera del patrón tradicional, alterando actividades agrícolas y generando retrasos en cosechas clave. Estas precipitaciones se han combinado con picos de calor repentinos que, según expertos, corresponden a la influencia de fenómenos oceánicos y atmosféricos que están afectando el equilibrio climático regional.
En contraste, regiones como la costa Caribe han experimentado un aumento notable en las temperaturas diurnas, acompañado de noches inusualmente cálidas. Este cambio ha impactado la vida cotidiana de los habitantes y ha incrementado el uso de sistemas de ventilación, generando un mayor consumo energético. En departamentos del sur del país, la disminución de lluvias ha afectado los niveles de varias fuentes hídricas, generando alertas tempranas ante posibles afectaciones durante los primeros meses del próximo año.
Las autoridades ambientales insisten en que estos cambios no son eventos aislados, sino señales claras de un panorama climático que continúa transformándose a un ritmo acelerado. La recomendación principal es fortalecer la prevención, la adaptación y la educación ambiental para enfrentar un escenario que, todo indica, seguirá siendo variable e impredecible en los próximos años.