Colombia avanza hacia una transición limpia: disminuye el uso de leña en zonas rurales gracias a nuevas estufas ecológicas

Un cambio silencioso pero transformador en los hogares rurales

Durante décadas, miles de familias colombianas han cocinado usando fogones tradicionales de leña, una práctica ancestral que, aunque culturalmente importante, tiene graves impactos ambientales y de salud. Sin embargo, en los últimos años, Colombia ha dado pasos firmes hacia una transición energética rural con la implementación de estufas ecológicas, reduciendo significativamente la tala de bosques y la emisión de humo tóxico dentro de los hogares.

Según entidades ambientales, el país ha logrado disminuir en casi un 18% el uso de leña como fuente principal de fuego en regiones del Pacífico, Amazonía y la zona andina. Esto representa un cambio histórico en la lucha contra la deforestación.

El impacto de la leña en los bosques colombianos

Colombia pierde más de 150.000 hectáreas de bosque al año, una cifra que ha oscilado dependiendo de factores como la ganadería, los cultivos ilícitos y, en menor proporción, la demanda de madera para combustión.

En zonas rurales donde no llega el gas natural, la leña sigue siendo una necesidad diaria. Esto genera:

Degradación de bosques locales, especialmente en Nariño, Putumayo, Caquetá y Chocó.

Emisiones de carbono, acelerando el calentamiento global.

Riesgo para especies en peligro, pues se talan árboles jóvenes y nativos.

Conflictos por recursos, ya que algunas comunidades disputan el acceso a zonas de bosque.

Además, el humo de los fogones tradicionales es una de las principales causas de infecciones respiratorias en mujeres y niños.

Estufas ecológicas: una solución sostenible

El auge de las estufas ecológicas —también llamadas estufas eficientes— ha marcado un punto de inflexión. Estos equipos permiten cocinar usando menos del 50% de la leña habitual, reducen emisiones y protegen la salud de las familias.

Entre sus principales beneficios destacan:

Menor consumo de leña, lo que frena la presión sobre los bosques.

Reducción del humo dentro del hogar, disminuyendo enfermedades respiratorias.

Mayor seguridad y temperatura controlada, evitando incendios.

Aprovechamiento del calor, reduciendo tiempos de cocción.

Durabilidad superior, con estructuras de ladrillo refractario o metal reciclado.

En Nariño, especialmente en Pasto, Sandoná y La Florida, se han instalado más de 5.000 estufas ecológicas durante los últimos tres años, beneficiando a hogares campesinos que históricamente dependían de fogones abiertos.

Comunidades que lideran la transición

En algunas veredas de Pasto y del pie de monte amazónico, las mujeres campesinas han sido protagonistas. Talleres comunitarios enseñan a construir estufas eficientes usando materiales locales como barro, ladrillo y tubería metálica para las chimeneas.

“El humo ya no me enferma. Antes vivía con dolor de cabeza, ahora mi cocina es limpia”, comenta una lideresa de la vereda El Encano durante un encuentro ambiental.

Este tipo de iniciativas han fortalecido la autonomía de las comunidades, generando un cambio de conciencia ambiental y mejorando la calidad de vida.

Alternativas que fortalecen la sostenibilidad rural

Además de las estufas eficientes, se están impulsando alternativas energéticas como:

Gasificación de residuos agrícolas

Biodigestores para producir biogás

Paneles solares térmicos para calentar agua y cocinar

Reforestación de especies nativas para uso energético regulado

Estas opciones permiten que las familias reduzcan su dependencia de la leña y, al mismo tiempo, recuperen sus ecosistemas locales.

Desafíos de la transición

Aunque los avances son significativos, aún existen barreras:

Falta de recursos para llegar a zonas apartadas.

Dificultades de transporte en cordilleras y selvas.

Limitada capacitación técnica para mantenimiento.

Dependencia cultural de los fogones tradicionales.

Los expertos señalan que, para lograr una reducción total del uso de leña, se necesita una articulación entre Estado, comunidades, instituciones ambientales y proyectos internacionales de cooperación.

El futuro ecológico del sur de Colombia

Nariño, Putumayo y Cauca tienen el potencial de convertirse en modelos nacionales de transición energética rural. La instalación de estufas ecológicas, sumada a proyectos de reforestación y educación ambiental, está transformando silenciosamente la vida diaria de miles de familias.

Lo que comenzó como una necesidad, se ha convertido en un ejemplo de sostenibilidad y adaptación climática, demostrando que las soluciones simples también pueden generar grandes cambios.